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Opeth. 10/12/05 Apolo
Desilusión. A pesar de la total entrega del público, las magníficas interpretaciones de la banda y el buen ambiente creado ante el tonto humor de Mikael Akerfeldt y sus sarcásticos comentarios, al final del concierto sólo había rostros de desilusión. El show fue largo, alrededor de dos horas, parecía que nunca terminaría, pero es que los suecos de visuales no tienen absolutamente nada, y en esos fragmentos sinfónico-progresivos que les han dado la fama, en directo te llevan a bostezar una vez tras otra.
Texto: Kiko Cantero 
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