DISCO DEL MES RUTA 66 |
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TRICKY WOO Sometimes I Cry (• sonic unyon •1999) |
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Spinal crack Dirán lo que quieran, pero a mi Black Halos me dejan frío como un témpano. Si ha de barajarse un referente de la buena racha que atraviesa el rock canadiense, que este sea Tricky Woo. En Europa se les desconoce, pero con cinco años de historia y cuatro álbumes a sus espaldas detentan cierto pábulo en el estamento punkrocker USA (allí han grabado bandas sonoras y cosas sueltas para Estrus, Triple X y una de las recopilaciones del Electric Frankenstein, Sal Canzioneri), gozando de merecida celebridad en su ciudad natal, Montreal, pues a finales del 99 la arrasaron con su tercer elepé, un trabajo que les valió el reconocimiento de la crítica, el apoyo de las college radios, una nominación a mejor álbum alternativo del año y el compromiso del sello Man's Ruin para distribuir el disco por el mundo mundial. Finalmente, esto último no cuajó y Tricky Woo continuaron donde hoy siguen, en esa tierra de nadie llamada circuito underground.
Para el aficionado local, por contra, el hecho debería constituir una revelación casi religiosa. «Sometimes…» es un clásico instantáneo, efectivamente un gran disco a cargo de una enorme banda, técnicamente exhaustiva, agotadoramente apasionada, equipada con generosidad por la naturaleza para insuflar fluidos vitales a ancianos códigos. Sin pretensiones, con arrojo y a tope de gas, el disco avanza creciente por un pandemonium de garage punk tratado con doble punteo y sexualidad setentera. ''Mujer, voy a salvarte con rock'n'roll'', cantan metafóricos en la más burda tradición macho hard, para a continuación encarnarse en unos Aerosmith kamikazes subvirtiendo el heavy de FM. Se les ve siempre por donde van, sea rock ácido pesado de combustión MC5, power pop hendrixiano o lisérgicos recordatorios Stooges, pero no importa, su sonido, de un impacto similar al de Zen Guerrilla, es el de la desesperación por comunicar, no el de la autocomplacencia nostálgica. En Creem, si la revista y Lester Bangs todavía vivieran, también habrían sido disco del mes.
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A finales del 2000 Tricky Woo perdió a Adrian Popovich, uno de los guitarristas, aparentemente por su desacuerdo con las ansias evolucionistas de Andrew Dickson, el otro hacha, líder, cerebro y autor de esas portadas dignas de un oscuro vinilo de psicodelia chilena. «Les Sables Magiques», lo nuevo del ahora trío, ha perdido el vírico hálito garagero de «Sometimes I Cry», no así su agresivo virtuosismo, decantando la balanza hacia el bagaje 70s y corroborando otro robusto disco, inferior para unos, o distinto según yo lo veo. Como Phish pero a lo bestia, los Tricky vuelcan su ambición en redefinir el rock pesado que hace dos décadas reinaba en la radio americana, sometiéndolo, sin sacrificar el tremendo sentido melódico del grupo, a intrincados desarrollos con arreglos de cuerda, coros femeninos y complejas exploraciones guitarrísticas. Progresivos, entre comillas, sí, porque su música se ha enriquecido y ampliado. Bien con entusiastas odas de rock radiofónico y humeante madera de nº 1, bien con jams de heavy-blues, psicodélico o negroide, Dickson no ha perdido la capacidad de sorprender y supera los tópicos redomados a los que se atiene este disco, un tanto morosamente a veces, pero con divertida, catártica lucidez. En lo suyo, no es tan perfecto como «Sometimes I Cry», claro que éste es mucho disco. Jaime Gonzalo TEXTO - ©JAIME GONZALO |
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Lonesome Road (4512 Kb.)
Easy (2927 Kb.)
Live: INTO / LADY OF THE WIND / LES SABLE MAGIQUES (8179 Kb.)