El trío más cool de New York ha vuelto a la actualidad con el correcto “Classic Fantastic”, su nuevo álbum en 5 años. Un largo tiempo en el cual han batallado contra su antiguo mánager para recuperar los derechos de sus antiguos temas y para establecer su centro de operaciones en Londres, donde la banda obtiene un éxito mayor.

Ante un Bikini no tan lleno como en su anterior visita hace ya algunos años, ¡estamos a martes!, despliegan la elegancia, chulería y savoir-faire que siempre les ha caracterizado. Trajes caros, zapatos de gángster, camisas abiertas... ideal para disfrutar en un club, con conexión entre banda y público, algo que FLC dominan a la perfección: las bromas de Huey Morgan con las primeras filas, los choques de puño con Fast y Frank entre tema y tema, los “God Bless You” a los fans...

Empiezan con canciones nuevas como “Jimi Choo” o los nuevos singles “Classic Fantastic” y “Mister Sun”, temas con sonido funky y disco, al estilo de lo que han hecho en sus últimos tres discos. Recuperan la fantástica “Swashbucklin' in Brooklyn” o la cachonda “Loco”, con ritmos latinos que permiten el lucimiento de Fast, multi-instrumentista que se las arregla para ir alternando bajo, trompeta, teclados, coros y un pequeño portátil.

Más adelante caen los esperados “King of NY” (ovación generalizada), “Scooby Snacks”, “Southside” o “Love Unlimited”, clásicos de la banda donde el bolo gana enteros, con el sonido fresco que les dio popularidad en los 90, cocktail de rock, lounge y rap. Vuelve a ser un placer cantar junto a Huey por la liberación del ya fallecido John Gotti (The King of NY!), o asegurar que Barry White nos salvó la vida. Bajan el pistón al final con “Mini Bar Blues”, con un tema country donde el batería Frank se atreve con la guitarra acústica y con su cover de Louis Armstrong “We Have All The Time In The World”. Aunque el tema más coreado fue con el que cerraron, ”The Fun Lovin Criminal”, con Fast a trompetazo limpio.

Es cierto que FLC no despiertan tanto interés en disco como antaño, y que parte del público los tiene algo olvidados por sus últimos devaneos musicales, pero en directo, y sobretodo en una sala cumplen con creces, por su sonido propio característico y por su imagen que representa lo que a algunos tanto nos gusta y nos hace sentir como si estuviéramos en un glamouroso club de la Gran Manzana.