EILEN JEWELL
21:00h. ENTRADA: 16 euros. Anticipadas: 14 euros.
1. Inicios
Su amor por la música se remonta a un viaje de 1.500 millas desde Alaska hasta Idaho en el Volvo de su padre; en el trayecto Mr. Jewell puso un cinta de casete con una sonata para piano de Beethoven, y Eilen quedó fascinada, pidiéndole a sus padres que le dejaran recibir clases de piano, cuando tan sólo tenía 7 años. Con 14 blandió su primera guitarra, en la que versionaba, entre otros, al Bod Dylan de Bringing It All Back Home y a Howlin’ Wolf que sirvieron de puente para posteriormente decantarse por la suavidad en las formas de Bessie Smith y Billie Holiday. Con 19 años ya se fogueaba en pequeños clubs de Santa Fe y posteriormente viajó a Los Angeles donde se integró en el circuito de Venice Beach. En enero de 2003 puso rumbo a Nueva Inglaterra donde pasó una breve temporada en Berkshire Mountain y puso su talento al servicio del Helsinki Club y a finales de ese mismo año se mudó ¿definitivamente? a Boston viendo que en esa ciudad se estaba cocinando algo grande y cercano a sus expectativas. 2005 comenzó para Eilen con una actuación fija los sábados noche en el Tír na nÓg Pub de Somerville con la que ya se empezó a labrar un nombre en la escena folk de Massachusetts y consolidando cada noche más su sonido a la vez que solidificó el status de banda que ella en concierto quería transmitir.
2. Boundary Country (2005) y Letters From Sinners And Strangers (2007)
Su primer largo Boundary Country fue publicado por ella misma en el año 2005 y grabado en un establo del siglo XIX rehabilitado en estudio de grabación. Para las sesiones reclutó a Jason Beek a la batería, Daniel Kellar al violín, Jerry Miller a la guitarra y John Sciascia al contrabajo, con los que sigue trabajando en directo. Este debut corrió como la pólvora por diversos clubs, emisoras de radio y prensa especializada de Boston; la reacción no se hizo esperar y en poco tiempo fue comparada con divas de la canción norteamericana como Lucinda Williams, Gillian Welch o June Carter Cash (y no les falta razón aunque a nosotros nos gusta más ponerle a la vera de nuestra amiga Holly Goligthly) que posibilitaron que en su segundo disco Letters From Sinners and Strangers (Signature Sounds-2007) no tuviera que aflojarse el bolsillo y pudiera distribuirse a nivel nacional. Este segundo round se grabó en Connecticut en una semana y alcanzó el Top 10 en el Americana Weekly Radio Chart y se ha colado en numerosas listas de lo mejor del 2007, tanto en Norteamérica como en Europa. Ambos discos no distan en exceso entre sí - estilísticamente hablando -, se trata de dos puñados de hermosísimas root songs en las que la sugerente voz de Jewell impregna de clasicismo y atemporalidad las partituras que ella misma escribe (salvo puntuales excepciones en las que se acerca al universo - en forma de versión - de Bob Dylan o Eric Andersen) y que hablan de (des)amor y otras “tragedias” personales, una voz cálida que sabe sonar clásica y actual al unísono y que tiene la rara habilidad de hacernos creer todo lo que nos esta susurrando. Porque es en su timbre donde la Jewell se desmarca de compañeras de generación y rompe con la "clásica cantante de country". Eilen está mucho más cerca de Sarah Vaughan que de Loretta Lynn.
3. Sea Of Tears (2009)
Pero es en Sea Of Tears, su tercer trabajo, en el que la “Joya” de Boise ha destapado definitivamente el tarro de las esencias, entregando un disco rotundo - en el amplio sentido del término - de principio a fin. Y lo hace jugando la baza de la variedad y ajustando su registro al que dictan las guitarras de Jerry Miller (tanto de seis como de doce cuerdas), cantando mejor que nunca y afinando en las reinterpretaciones ajenas, logrando que su legado tenga que ser considerado ya como clásico contemporáneo. Esto en cuanto a la capacidad de Eilen para embelesarnos en formato plástico, pero es que su fuerte (y el de su banda claro) esta sobre la tarima, como bien pudimos comprobar el pasado año en la sala El Sol con motivo del tercer aniversario de la magnífica tienda de discos madrileña Radio City. En las tablas EJ y sus tres compinches se convierten en ese reloj que siempre da la hora exacta y que nunca se atrasa o adelanta, ganando en eficacia, calidez y cercanía a la mayoría de compañeros de profesión. Desde ese fantabuloso concierto del 24 de abril de 2008 (su debut en la península Ibérica) todo parece haberle sonreído - más si cabe - a la buena de Eilen: pone voz y algo más en los más que remarcables Sacred Shakers, recibe estrellas por doquier en los rotativos especializados de Inglaterra, portadas de revistas, suena en la radio más que nunca, excelentes críticas tanto en Europa como en su país natal, multitud de conciertos perpetrados y por enfilar (incluida inminente gira europea), y lo más importante, haber empapado con su talento el corazoncito de un buen puñado de anónimos amantes de la música con mayúsculas gracias al boca-oreja. Aunque yo creo que esto último es sinónimo de profesionalidad, oficio, capacidad, emoción y verdad, que es lo que transmite en todas y cada una de sus canciones Eilen Jewell. - José Luis Prieto Hotel Arizona (Radio Enlace)
21:00h. ENTRADA: 16 euros. Anticipadas: 14 euros.
1. Inicios
Su amor por la música se remonta a un viaje de 1.500 millas desde Alaska hasta Idaho en el Volvo de su padre; en el trayecto Mr. Jewell puso un cinta de casete con una sonata para piano de Beethoven, y Eilen quedó fascinada, pidiéndole a sus padres que le dejaran recibir clases de piano, cuando tan sólo tenía 7 años. Con 14 blandió su primera guitarra, en la que versionaba, entre otros, al Bod Dylan de Bringing It All Back Home y a Howlin’ Wolf que sirvieron de puente para posteriormente decantarse por la suavidad en las formas de Bessie Smith y Billie Holiday. Con 19 años ya se fogueaba en pequeños clubs de Santa Fe y posteriormente viajó a Los Angeles donde se integró en el circuito de Venice Beach. En enero de 2003 puso rumbo a Nueva Inglaterra donde pasó una breve temporada en Berkshire Mountain y puso su talento al servicio del Helsinki Club y a finales de ese mismo año se mudó ¿definitivamente? a Boston viendo que en esa ciudad se estaba cocinando algo grande y cercano a sus expectativas. 2005 comenzó para Eilen con una actuación fija los sábados noche en el Tír na nÓg Pub de Somerville con la que ya se empezó a labrar un nombre en la escena folk de Massachusetts y consolidando cada noche más su sonido a la vez que solidificó el status de banda que ella en concierto quería transmitir.
2. Boundary Country (2005) y Letters From Sinners And Strangers (2007)
Su primer largo Boundary Country fue publicado por ella misma en el año 2005 y grabado en un establo del siglo XIX rehabilitado en estudio de grabación. Para las sesiones reclutó a Jason Beek a la batería, Daniel Kellar al violín, Jerry Miller a la guitarra y John Sciascia al contrabajo, con los que sigue trabajando en directo. Este debut corrió como la pólvora por diversos clubs, emisoras de radio y prensa especializada de Boston; la reacción no se hizo esperar y en poco tiempo fue comparada con divas de la canción norteamericana como Lucinda Williams, Gillian Welch o June Carter Cash (y no les falta razón aunque a nosotros nos gusta más ponerle a la vera de nuestra amiga Holly Goligthly) que posibilitaron que en su segundo disco Letters From Sinners and Strangers (Signature Sounds-2007) no tuviera que aflojarse el bolsillo y pudiera distribuirse a nivel nacional. Este segundo round se grabó en Connecticut en una semana y alcanzó el Top 10 en el Americana Weekly Radio Chart y se ha colado en numerosas listas de lo mejor del 2007, tanto en Norteamérica como en Europa. Ambos discos no distan en exceso entre sí - estilísticamente hablando -, se trata de dos puñados de hermosísimas root songs en las que la sugerente voz de Jewell impregna de clasicismo y atemporalidad las partituras que ella misma escribe (salvo puntuales excepciones en las que se acerca al universo - en forma de versión - de Bob Dylan o Eric Andersen) y que hablan de (des)amor y otras “tragedias” personales, una voz cálida que sabe sonar clásica y actual al unísono y que tiene la rara habilidad de hacernos creer todo lo que nos esta susurrando. Porque es en su timbre donde la Jewell se desmarca de compañeras de generación y rompe con la "clásica cantante de country". Eilen está mucho más cerca de Sarah Vaughan que de Loretta Lynn.
3. Sea Of Tears (2009)
Pero es en Sea Of Tears, su tercer trabajo, en el que la “Joya” de Boise ha destapado definitivamente el tarro de las esencias, entregando un disco rotundo - en el amplio sentido del término - de principio a fin. Y lo hace jugando la baza de la variedad y ajustando su registro al que dictan las guitarras de Jerry Miller (tanto de seis como de doce cuerdas), cantando mejor que nunca y afinando en las reinterpretaciones ajenas, logrando que su legado tenga que ser considerado ya como clásico contemporáneo. Esto en cuanto a la capacidad de Eilen para embelesarnos en formato plástico, pero es que su fuerte (y el de su banda claro) esta sobre la tarima, como bien pudimos comprobar el pasado año en la sala El Sol con motivo del tercer aniversario de la magnífica tienda de discos madrileña Radio City. En las tablas EJ y sus tres compinches se convierten en ese reloj que siempre da la hora exacta y que nunca se atrasa o adelanta, ganando en eficacia, calidez y cercanía a la mayoría de compañeros de profesión. Desde ese fantabuloso concierto del 24 de abril de 2008 (su debut en la península Ibérica) todo parece haberle sonreído - más si cabe - a la buena de Eilen: pone voz y algo más en los más que remarcables Sacred Shakers, recibe estrellas por doquier en los rotativos especializados de Inglaterra, portadas de revistas, suena en la radio más que nunca, excelentes críticas tanto en Europa como en su país natal, multitud de conciertos perpetrados y por enfilar (incluida inminente gira europea), y lo más importante, haber empapado con su talento el corazoncito de un buen puñado de anónimos amantes de la música con mayúsculas gracias al boca-oreja. Aunque yo creo que esto último es sinónimo de profesionalidad, oficio, capacidad, emoción y verdad, que es lo que transmite en todas y cada una de sus canciones Eilen Jewell. - José Luis Prieto Hotel Arizona (Radio Enlace)
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