ANGEL OLSEN
+ CÁLIDO HOME
20:00h.
Puntos de venta: codetickets, Apolo 113 Anticipada: 15 euros + gastos de gestión Apolo 113: 13 euros + gastos de gestión Taquilla: 18 euros Punto de venta físico: Apolo Store
Organiza: www.cloudydog.com
Angel Olsen: www.angelolsen.com
Nacida en San Luis pero luego ubicada en Chicago, esta estadounidense se ha convertido en cuestión de meses (los que han transcurrido desde la publicación de su segundo álbum, “Burn Your Fire For No Witness”, en febrero de este año) en uno de los iconos del neo-folk, facción indie. Cuando en 2012 apareció su segundo disco, “Half Way Home”, con sus referencias veladas al country de mediados del siglo pasado, de la misma manera que su debut, de seis canciones, “Strange Cacti” (2011) -tras una casete en 2010 con media docena de versiones- evocaba a los grupos de chicas de los años sesenta, se intuyó que había en ella un gran potencial y una complejidad superior a la que ya mostraba. Pero faltaba profundizar en ello. Es lo que hacen las once canciones del último trabajo hasta la fecha de esta colaboradora de Bonnie “Prince” Billy, y el primero que ha registrado acompañada de banda. Continúa con la conjura del pasado, pero buscando nuevas direcciones, convirtiendo el anacronismo y la vulnerabilidad en algo gratificante, como si fuera la alumna más aventajada de Joni Mitchell del momento. Tal vez lo sea. Ha roto la red que la protegía y dulcificaba y sus canciones han crecido: crespan más el vello.
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Nacida en San Luis pero luego ubicada en Chicago, esta estadounidense se ha convertido en cuestión de meses (los que han transcurrido desde la publicación de su segundo álbum, “Burn Your Fire For No Witness”, en febrero de este año) en uno de los iconos del neo-folk, facción indie. Cuando en 2012 apareció su segundo disco, “Half Way Home”, con sus referencias veladas al country de mediados del siglo pasado, de la misma manera que su debut, de seis canciones, “Strange Cacti” (2011) -tras una casete en 2010 con media docena de versiones- evocaba a los grupos de chicas de los años sesenta, se intuyó que había en ella un gran potencial y una complejidad superior a la que ya mostraba. Pero faltaba profundizar en ello. Es lo que hacen las once canciones del último trabajo hasta la fecha de esta colaboradora de Bonnie “Prince” Billy, y el primero que ha registrado acompañada de banda. Continúa con la conjura del pasado, pero buscando nuevas direcciones, convirtiendo el anacronismo y la vulnerabilidad en algo gratificante, como si fuera la alumna más aventajada de Joni Mitchell del momento. Tal vez lo sea. Ha roto la red que la protegía y dulcificaba y sus canciones han crecido: crespan más el vello.
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