Caprichos de Apolo: Efterklang + Rauelsson & Anne Müller en Apolo 2

Desde 2001, Efterklang ha buscado crear música hermosa experimentando con las posibilidades de los sonidos, sin contentarse con seguir caminos tradicionales. El resultado que los daneses han creado hasta el momento - más concretamente a través de los tres aclamados álbumes Tripper (2004), Parades (2007) y Magic Chairs (2010) - ha surgido explorando caminos diferentes. Cada álbum es producto de una creación remarcablemente estudiada y de una resonancia emocional única. Piramida nace de Efterklang explorando un territorio completamente nuevo - literalmente - a gran escala.

Las raíces de su cuarto álbum se asentaron en 2010, cuando la banta vio por primera vez fotografías de un asentamiento olvidado llamado Pyramiden, en Spitsbergen, una isla a medio camino entre Noruega y el Polo Norte. Estas antiguas instalaciones mineras rusas cobijaron a mil personas, y fueron abandonas en enero de 1998, casi de la noche a la mañana. Intrigados por esta ciudad fantasma, el trío Casper Clausen, Mads Brauer y Rasmus Stolberg visitaron Pyramiden en agosto de 2011 (el batería Thomas Husmer abandonó el grupo antes del comienzo del álbum). Sin ideas preconcebidas sobre qué esperar, y sin una sola nota escrita, es realmente poético que el álbum empezara a tomar forma a partir del momento en que el trío pisó Pyramiden. En unos nueve días, Efterklang acumularon unas mil grabaciones de los ambientes sonoros que encontraron.

Con Pyramiden como inspiración, Efterklang volvieron a su estudio en Berlín. Remodelar los sonidos recogidos en un álbum unificado no fue tarea fácil. La banda extrajo cuidadosamente los sonidos y los usó para construir escalas musicales tradicionales de ritmos y melodías, como si fueran instrumentos. Con los sonidos manipulados como herramientas y marco de creación, la banda empezó a escribir canciones, añadiendo capas con sonidos más tradicionaes y contribuciones de Peter Broderick (violín), Earl Harvin (batería), Nils Frahm (piano), instrumentos de viento de la Andromeda Mega Express Orchestra y un coro de 70 chicas.

Los sonidos extraños de Pyramiden son la columna vertebral del álbum, mientras que las letras son el corazón de Piramida, que tiene un lado más oscuro comparado con el trabajo anterior de la banda, más optimista. El resultado es más sentido y triste, pero hay una sensación real de inmediatez en este trabajo. Piramida es un raro ejemplo de un proyecto conceptualmente fuerte donde el concepto sirve para crear la canción, y no al revés.