Durante 13 años de presencia constante y, sobre todo reconfortante en la escena pop norteamericana, Yo La Tengo aún consiguen sorprendernos. E New York magazine les considera como "el tesoro más querido del rock neoyorkino de la década". El trío enfoca su música hacia un único punto, como si fuera una sola entidad; son sólidos y poderosos, y se sienten tan cómodos que se permiten improvisar.
Las baterías de Georgia son cálidas, aunque a la vez pueden soportar capas de teclados, y ruido de guitarras. James crea unas líneas de bajos poco frecuentes. Los salvajes sonidos que Ira saca de su guitarra son legendarios, pero su habilidad para tocar melodías suaves y sencillas hacen que la banda continúe su evolución particular en busca de sonidos más delicados y diferentes.
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