Celtas Cortos

Después de dos años de descanso en España (y de continua proyección en el país vecino francés), los Celtas cumplen su promesa de reencontrarse con el público y con el mercado estatal a través de un trabajo cuyo contenido se lo pondrá realmente difícil a los que quieran acusarles de reiterar fórmulas. No se trata de un regreso diseñado bajo los arquetipos de las garantías, aunque tampoco estamos ante una pérdida de las esencias a cambio de gratuitas búsquedas en la moda de la innovación.

El nuevo trabajo de los Celtas Cortos (séptimo en su carrera discográfica) es la apertura de un nuevo tomo en la historia de un grupo que primero nació como banda instrumental de música celta e irlandesa y que a lo largo y ancho de los inciertos noventa, vivió en sus carnes la potente y lógica mutación hacia una banda de rock y de fusión.

Tras el intachable balance en directo que supuso su anterior disco Nos vemos en los bares, el grupo pucelano abre, de esta forma, un nuevo camino en su historia. Tienes la puerta abierta -grabado entre Málaga, Madrid y Francia- cuenta con dos poderosas fuentes de creación: Una de ellas, la innovadora producción de Suso Sáiz; la otra, la de unos Celtas Cortos sobrecargados de arriesgadas ideas que se tornan básicas a la hora de abrir la puerta del nuevo capítulo.

En conjunción, productor y banda han confeccionado un trabajo en el que su natural instrumentación celta se pone al servicio no solo de anunciados planteamientos latinos sino también de varios pasajes por raíces arábigas, étnicas y también tecnológicas. En medio de toda esta batidora, los Celtas han construido ni más ni menos que quince canciones donde el habitual compromiso en las letras de Jesús Cifuentes parece tornarse aún más directo que antes y donde los hechos a veces se convierten en los nombres y apellidos que dan forma a las lacras de nuestra cotidianeidad.

De este modo, en Tienes la puerta abierta nos vamos a encontrar con Gente distinta, todo un primer single que anticipa la fuerza con la que el grupo arranca en un nuevo milenio prometedor.

También nos topamos directamente frente a todo un himno de estilo bretón -Todo es ponerse- el cual en directo constituirá, con toda seguridad, uno de los momentos más álgidos de su nuevo directo.

A estas alturas, Odio al odio, Refugiado, La mierda o Piel sudor son títulos que nos lo ponen más claro que cualquiera de las onomatopeyas más básicas. Finalmente, La vaca naranja o La importancia de los charcos son las nuevas confirmaciones instrumentales de que Celtas Cortos son desde siempre, un tremendo equipo de intachables músicos.

Todo ello nos llega, por supuesto, con los pies realmente puestos en la cocktelera del 2.000. "Loops", guitarreos, bases de hip-hop, esencias latinas, pasajes por la distorsión y minutos acústicos rinden verdadera pleitesía a la naturaleza celta de los eternos pucelanos.