Killing Joke. 18/09/08 Apolo Pense que iría muchísima gente a ver Killing Joke, pero al final no hubo más de 500 personas celebrando una misa como en los viejos tiempos; entre las bendiciones microfónicas de Jaz Coleman y las Hostias que reparten el bajo de Martin Glover y la batería de Paul Fergusson, Geordie (no Jordi, no) administró una guitarra quizás demasiado saturada. Algunos fallos hicieron entrecortar la voz del cantante durante "Love Like Blood", un hito dedicado a Paul Raven, el que fuera el bajo, trágicamente desaparecido el año pasado mientras participaba en el nuevo álbum de Treponem Pal, la banda francesa de la primera parte de este concierto. Pero, basta de sermones, acudan en paz a ver y sentir una banda de rock fiel a su credo desde hace 30 años, larga vida a los ritmos tribales de Killing Joke, son necesarios e intemporales. Texto: Rabah Ait Ali

Fotos: Joelle Gueguen

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