UNA TARDE DE VERANO EN LA CAMPIÑA INGLESA CON XTC
SIGUEN ALEJADOS DE LOS ESCENARIOS, PERO LA PUBLICACION DE LA SEGUNDA
PARTE DEL FORMIDABLE «APPLE VENUS» LES HA OBLIGADO A ATENDER
A SUS OBLIGACIONES CON LA PRENSA. COMO ANDY PARTRIDGE HA CAIDO ENFERMO
PRESA DE UN VIRUS ESTIVAL, HABLAMOS CON SU ALTER EGO, COLIN MOULDING.

Se me presenta una oportunidad magnífica entrevistar a los invisibles
XTC no es cosa fácil!- para desempolvar viejos clásicos
de álgebra melódica como «Drums & Wires»
o «English Settlement», y repasar con Colin Moulding la trayectoria
del grupo, uno de los más originales exponentes del pop inglés
del último cuarto de siglo.
En apenas un par de años, el pop británico
produjo una impresionante cantidad de grupos y solistas: Stranglers, Joe
Jackson, Records, The Jam, Squeeze, Elvis Costello, Dire Straits, Police,
vosotros mismos...¿cómo se produjo semejante explosión de talento?
Supongo que la respuesta está en el punk-rock, y en todos aquellos
grupos que, abanderados por los Sex Pistols, mantuvieron una actitud indendiente
y sacudieron la escena musical, dotándola de mayor libertad. La
confusión que se creó a continuación
benefició en gran manera a bandas como la nuestra.
Teníamos muy poco que ver con el punk, evidentemente, pero las
compañías discográficas estaban muy desorientadas,
y eran incapaces de discernir qué era punk y qué no. Quién
sabe si habríamos firmado un
contrato de no ser por el punk.
¿Cómo explicas la gran diversidad
existente entre todas aquellas bandas?
Ahora también hay muchos grupos, pero nadie con un sonido verdaderamente
original. Ahora las cosas están más difíciles,
a los grupos les resulta más complicado causar sensación,
la prensa musical se ha especializado mucho, y no te hace caso si no te
ajustas a sus parámetros, todo se ha 
compartimentado demasiado. Cuánto han cambiado las cosas desde
los 60, cuando grupos completamente distintos podían compartir
las listas de éxitos sin ningún complejo: Beatles o José
Feliciano...
Hay otro aspecto de aquella época que me
resulta chocante, y es la gran productividad: Stranglers y The Jam se
destaparon con dos elepés en 1977, vosotros con otros dos en 1978...
Fue algo terrorífico para nosotros. El primero fue fácil,
tan sólo tuvimos que echar mano del repertorio que habíamos
acumulado hasta el momento de fichar por Virgin, pero el segundo fue producido
bajo una presión enorme, en tan sólo seis meses. No estábamosacostumbrados
a compaginar las labores de promoción y las giras con la composición
de nuevo material, pero esos fueron los plazos que nos impusieron.
Vuestra primera canción de éxito,
incluída en «Drums & Wires» («Making plans
for Nigel») se os resistió lo suyo, hasta 1979. ¿Reconocéis
los hits de manera instantánea?
Ojalá fuera así. Es lo que todo músico desearía,
aunque eso es precisamente lo que hace que el pop sea algo tan misterioso,
uno no tiene ni idea de que está haciendo una canción de
éxito. Como mucho te parece que suena bien, e intentas que signifique
algo especial para los demás, pero eso es todo. Tan pronto como
terminamos «Making plans for Nigel» la tocamos para algunos
amigos, y notamos que provocaba una reacción más inmediata
que las demás, así que pensamos que tal vez tendría
más posibilidades de triunfar que otras, pero nada más...
«Black Sea», vuestro cuarto álbum
(1980), fue grabado sin efectos, y he leído que Andy Patridge no
quería hacer nada en disco que luego fuerais incapaces de reproducir
en directo.
Bueno, es que en aquella época todavía estábamos
promocionando «Drums & Wires», y cuando tienes una banda
tan rodada, es posible entrar en un estudio, encender los micros, y sonar
tal cual.
Pero las giras siempre le han pesado mucho a Andy
Patridge...
Bueno, ten en cuenta que él siempre ha sido el portavoz del grupo,
siempre ha sido él quien ha atendido a la prensa, quien ha cargado
con gran parte de la responsabilidad...
En la época en que salió «Black
Sea» cosechásteis vuestros primeros éxitos moderados
en Estados Unidos.
¿Qué te parece el país, qué relación
habéis mantenido a lo largo de los años?
Me gusta América, y el optimismo que desprenden los americanos,
pero no sé si nuestras canciones son capaces de conectar demasiado
con ese tipo de mentalidad, básicamente porque nuestra forma de
componer, o la mía por lo menos, es muy provinciana, me gusta reflejar
aquello que me queda más cerca, mi círculo más íntimo.

--ANDY PARTRIDGE en 1979-
¿A qué distancia queda Swindon, vuestra
residencia, deLondres? ¿A la suficiente como para contemplar lacapital
con un mínimo de perspectiva?
Queda a unos cien kilómetros. Nunca hemos vivido en el centro de
Londres, y como banda, nunca nos ha gustado asistir a fiestas, o relacionarnos
con la gente de la industria musical. Preferimos llevar una existencia
más normal.
Hablemos sobre «English Settlement».
¿Fue el primer cambio radical en vuestro sonido, el primer salto
al vacío de XTC?
Creo que el primer cambio importante se produjo en «Drums &
Wires», que era mucho más pop que los dos anteriores. Pero
en términos de sonido y de arreglos, supongo que tienes razón,
«English Settlement» era mucho más acústico
y alejado del rock, la batería perdió protagonismo, usamos
guitarras acústicas por primera vez...
¿Qué hay de los efluvios medievales?
Hasta la portada parecía un homenaje a la edad media inglesa, de
pronto parecíais una banda de folk.
Es posible, una banda de folk eléctrico.

¿Siempre os había interesado ese tipo
de música, o fue algo que descubristeis más tarde?
El gusto musical se adquiere en la adolescencia, a los catorce años,
cuando los discos te impresionan de forma más intensa. Es también
la época en que exploras entre los discos de tus padres, o tus
hermanos
mayores. Mis primeras influencias son probablemente Kinks, Beatles, Free
en la década de los 70, Beach Boys... En cuanto a «English
Settlement», creo que no hay que llevar las cosas al extremo, es
verdad que
tiene elementos folk, pero al mismo tiempo, también se podría
interpretar el sonido de las Rickenbaker de doce cuerdas en ese disco
como un homenaje a los Byrds.
Con la gira promocional de «English Settlement»
llegó la gran crisis de Andy, XTC anunció que nunca volvería
a tocar en directo, y Terry Chambers, vuestro batería original,
tiró la toalla. Con su marcha, y después del abandono de
Barry Andrews, ya sólo quedában dos miembros de la primera
formación: Partridge y tú.
No tocar supone un gran problema para músicos como Terry Chambers,
él no compone canciones, y si no toca en directo, su papel en el
grupo se ve muy reducido.
Cuando compones canciones la cosa cambia, y muchas veces te acaba motivando
más el proceso de creación de la música, que el trabajo
de intérprete de las canciones.
Hablemos de Dukes Of Stratosphear, vuestro alter
ego durante la segunda mitad de los 80. Se ha dicho que «Pale and
precious», el último tema del álbum «Psonic
Psunspots», es una copia deliberada de «Wind chimes»
y otras canciones de la época «Smile» de Brian Wilson.
¿Fue realmente algo tan deliberado?
Completamente. Los Dukes pretendían ser un homenaje a nuestros
grupos favoritos, y pensamos que la mejor manera de hacerlo era imitándolos.
He leído en más de una ocasión
que Andy es un tipo difícil, que se las ha visto a menudo con los
productores de vuestros discos.
Una pregunta comprometida. Es verdad que puede llegar a ser obstinado...
pero yo soy de la opinión de que el autor de las canciones debe
tener la última palabra sobre el proceso de grabación de
los discos. Cuando eres el autor de algo, y crees que las cosas no se
están haciendo como deben, te pones nervioso, levantas la voz,
y la gente te malinterpreta.
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Con Todd Rundgren, que produjo «Skylarking»,
también tuvisteis algún problema.
Sí, Todd es un gran músico, y el disco se benefició
de su gran talento, pero quiso ejercer un control excesivo sobre todo el
proceso, y llegamos a tener la sensación de que nos usurpaba todo
el protagonismo. También se mostró muy frío y distante
en todo momento.
Sin embargo, nunca habéis dejado de trabajar
con productores. ¿Nunca se os ocurrió autoproduciros?
Yo diría que eso es exactamente lo que hemos hecho. En nuestro
caso, sólo hemos requerido la presencia de un ingeniero de sonido
como garantía adicional, cuando estás grabando se agradece
una opinión objetiva, alguien neutral, que escuche lo que estás
haciendo, y que se asegure de que estás cumpliendo con los objetivos
que te has marcado. Por lo demás, los arreglos, y el sonido básico
de cada tema, siempre lo hemos determinado nosotros.

--XTC-en directo junio de 1984 -
¿Has sido siempre fan de Beach Boys?
Como influencia, creo que para mí son más importante que
otros muchos grupos a los que también rendimos tributo con los
Dukes, como Pink Floyd o Byrds. Sin embargo, cuando era un adolescente,
a finales de los 60, sólo conocía los singles más
típicos. El material más sofisticado, posterior a la época
surf, no lo descubrí hasta mediados de los 80. Dave Gregory, nuestro
segundo teclista, ponía cintas de los Beach Boys en el coche, y
a mí me intrigaban mucho esas canciones, me parecía increíble
que pudieran ser la obra del mismo grupo. Todo el mundo habla de Brian
Wilson como compositor, productor o arreglista, y sin embargo, nadie se
fija en la melancolía que desprenden sus canciones, que es lo que
a mí más me atrae. «Pet Sounds» fue para mí
un descubrimiento trascendental, pero aún más lo fueron
«Smile» o «Friends», que me parecen casi mejores.
¿Fue «Orange And Lemons» otro
homenaje deliberado, en este caso a Beatles?
No exactamente, aunque todavía nos duraba la resaca de «Psonic
Psunspots». Al oir los acordes iniciales, y los arreglos de música
india, mucha gente pensó que habíamos puesto el punto de
mira en «Sgt. Pepper's», pero hay otras canciones en «Oranges
And Lemons» que no suenan a Beatles para nada. Es curioso, ese álbum
no me convence en lo que concierne a la producción, aunque contiene
algunas de nuestras mejores composiciones.
¿Dirías que Beatles son lo más
grande que ha dado el pop?
En muchos sentidos, sí. Personalmente pienso que los Kinks eran
mejores como compositores, aunque como arreglistas no tenían parangón.
Junto con George Martin formaban un equipo imbatible, y creo que sus discos
todavía conservan un sonido absolutamente contemporáneo,
si lo comparas con otras grabaciones de la época, mucho más
endebles.
Resulta curiosa tu debilidad por los Kinks, un
grupo que se distingue, como vosotros, por su sentido del humor...
Es que nunca me ha interesado el blues, he mamado del music hall británico,
del teatro de variedades, como Ray Davies. Canciones ligeras, pensadas
para entretener y quitarle a la gente un peso de encima, temas de películas
musicales, como «My Fair Lady»... «Nonesuch» (1992)
fue el último disco que grabasteis para Virgin.
¿Cuál fue la causa de la ruptura
con vuestro sello de toda la vida? ¿Tenéis un recuerdo amargo
de ese álbum?
Aunque te parezca mentira, «Nonesuch» me parece uno de nuestros
mejores discos, tal vez el mejor.Básicamente, el problema con Virgin
es que no nos pagaba lo que nos merecíamos, si no nos hubiéramos
declarado en huelga todavía estarían publicando nuestros
discos, pagándonoslos a precio de saldo.
También se negaron a publicar las canciones posteriores a «Nonesuch»,
ellos querían que publicáramos un disco más comercial,
y las nuevas canciones no les parecían aptas para las listas de
éxitos. A nosotros, en cambio, nos parecían buenísimas.
¿Por qué decidisteis que fuera Cooking
Vinyl la que publicara «Apple Venus 1 & 2»?
Bueno, al final creamos nuestro propio sello, y quisimos que Cooking Vinyl
lo distribuyera en Europa. La idea inicial era sacar un doble CD, pero
nos cuesta mucho grabar las canciones, cada vez somos más perfeccionistas,
y habría sido demasiado agotador terminarlas todas a la vez, así
que la primera parte salió publicada en 1999, y hemos esperado
hasta ahora para sacar la segunda, aunque estas últimas canciones
son tan antiguas como las del primer volumen.
¿Qué criterios aplicasteis para incluir
unas canciones en uno u otro CD?
En el primero reunimos las más acústicas, las que comparten
un sonido más orgánico y natural, aunque no te dejes engañar,
porque se trata de un disco de pop, y no de música clásica.
Para el segundo hemos reservado las más eléctricas y optimistas,
no es tan melancólico o atmosférico como el anterior.

¿Cómo se distribuyen las labores compositivas?
Andy es más prolífico, yo soy mucho más lento. Cada
uno trae sus propias canciones al local prácticamente terminadas,
pero los arreglos definitivos son una labor compartida, aceptamos que
el otro sugiera modificaciones a partir de la versión inicial.
¿Os sigue haciendo ilusión publicar
material nuevo después de todos estos años? ¿Puede
compensarse a base de experiencia la inevitable pérdida de energía
o de intensidad?
Por supuesto que nos hace ilusión, cuando yo era niño pensaba
que la música era cosa de magia, no comprendía cómo
podía hacerse una cosa tan maravillosa a partir de la nada, y ser
parte de ese proceso es algo maravilloso, comprobar que el resultado final
es superior a la suma de las partes. En cuanto a la segunda parte de la
pregunta, te aseguro que la pasión sigue ahí, combinada
con unos mayores conocimientos. Ahora sabemos cómo utilizar nuestro
amor por la música de manera más efectiva. Al principio
lo único que teníamos eran muchas ganas de hacer discos.
¿Vais a tocar las canciones de «Apple
Venus» en directo para promocionarlas?
No, el camino que hemos tomado es irreversible, nosotros nos limitamos
a hacer discos, y se nos ha olvidado cómo tocar nuestras canciones
de un tirón, en el estudio nos planteamos nuestro trabajo como
un
director de cine, grabamos una toma y cortamos, grabamos otra, y vuelta
a cortar.
¿Te mantienes al corriente de lo que hacen
las nuevas generaciones de bandas británicas?
Mi hijo me pone cosas cuando cree que me gustarán, y sólo
a veces acierta. De lo que ha salido en los últimos años
me ha gustado «Park Life» de Blur y Supergrass. También
me gusta alguna cosa de los americanos Eels, pero me cuesta encontrar
un disco que no me decepcione en su conjunto. Tan sólo me quedo
con alguna canción suelta.
¿En qué empleas tu tiempo cuando
no estás componiendo o grabando?
Básicamente soy un soñador, me paso la vida con la cabeza
en las nubes, viendo la televisión sin prestar atención,
o conduciendo con la mente en otra parte. En realidad creo que todo es
parte del proceso creativo, componer una canción es, en un noventa
por ciento, mirar por la ventana.
¿Y qué es lo que ves desde tu ventana
en este preciso momento?
Estoy en mi casa, en un dormitorio del piso de arriba, vivo en las afueras
de Swindon, en plena campiña, por la carretera tan sólo
pasa algún coche de vez en cuando, todavía es de día,
aunque son las ocho de la tarde, estamos al principio del verano, aquí
en Inglaterra... o
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RUTA 66, 2000 - Nº 164
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