ROCK AND ROLL HOOCHIE KOO HERMANOS, CELEBREMOS CON
TRICKY WOO EL SANTO FREAKAUT!
PROPIOS Y EXTRAÑOS SE HAN ESTREMECIDO BAJO EL ATLETICO PODERIO
DE «SOMETIMES I CRY» (VER RUTA 175), UN ALBUM CON YA TRES AÑOS DE
ANTIGUEDAD CUYA REEDICION ESPAÑOLA CONFIRMA A SUS AUTORES PIONEROS
Y CABEZA DE SERIE DEL NUEVO ROCK CANADIENSE. EN PRIMAVERA, Y CON
OTRO DISCO, LES TENDREMOS AQUI PARA DEMOSTRAR LO QUE VALEN.
Incluso en la distancia, Andrew Dickson, espinazo y cerebro de
Tricky Woo, irradia un karma evangélico. El hombre que me llama
''hermano" desde Montreal, habla del rock'n'roll como quien alecciona
a un compañero de viaje en el éxodo a tierra prometida, un viaje
que comprende milagros, revelaciones, redención.
Rock'n'roll es lo único que puede salvar nuestras almas, augura
el polifacético, prolífico Dickson, guitarra, cantante, compositor,
diseñador gráfico, agente artístico y ministro espiritual de TW.
Yo le creo, y comparto ese sentido del movimiento existencial continuo
por el que la música de Tricky Woo crece y se expande. Cuando nos
visiten dentro de unos meses, lo harán para presentar su cuarto
album «Les Sables Magiques», un raudo cambio de rasante que deja
atrás el queroseno garage punk de «Sometimes I Cry» para abrazar
el hard ilustrado de los 70. Si el rock actual se halla dividido
entre el residuo punk de la revuelta edípica y la fe tradicionalista
en los ancestros, Tricky Woo y su panorámica concepción del álbum
de rock como vasta galaxia a explorar, igual que el de jazz lo era
para Sun Ra, sincretizan ambos extremos en un sonido intrincado
y atemporal, centrifugador de boogie sureño, power blues jams, alta
energía, pop acorazado, rock progresivo, psicodelia negroide y otros
géneros aquejados de osteoporosis que los canadienses sanan con
ecuménica furia.
Aquí en España, a Tricky Woo se os conoce
y admira por «Sometimes I Cry», un disco que básicamente atrae a
los amantes del garage punk rock. Aunque ambos discos comparten
la misma esencia, «Les Sables Magiques» posee un enfoque diferente,
más ambicioso, digamos que parece el disco que gustaría a los hermanos
mayores de los que disfrutan con «Sometimes…». Esa ambivalencia
quizás confunda a algunos.
Puedo entender que ciertas personas se hayan sentido o vayan a sentirse
decepcionadas con el nuevo álbum. De todas maneras, mi dedicación
no se limita sólo al rock'n'roll, sino también a todo aquello donde
éste pueda conducirme. Creo que hay más gente que comparte esta
visión, son muchos los aficionados conscientes de la vastedad de
la galaxia rock.
En concreto, «Sables» dispone de temas
más extensos, muchos de ellos superiores a los seis minutos de duración.
También despliega un sonido más complejo, enraizado en el hard progresivo
de 1968-70. Incluso hay un instrumental a ritmo de bolero. Os estais
poniendo serios.
Siempre hemos sido serios... ha sido un viaje... También considero
serios estallidos de energía más breves, como los de Rocket From
The Crypt. Los Sonics eran serios. Tricky Woo evoluciona constantemente.
Esa clase de evolución ya la hemos observado
en otras bandas. ''Progresión lógica" es como llaman la transferencia
del 60's punk al heavy rock. ¿Cómo explicas tú la de Tricky Woo?
¿Qué será lo próximo?
Supongo que nuestro próximo disco, para el que ya tengo escritas
todas las canciones, volverá a confundir e inspirar a la gente a
partes iguales. No creo que esté reinventando la rueda, pero sí
sé que las bandas de rock tienen tendencia a posicionarse en un
punto. Para el músico y el oyente es importante viajar a través
de tantos espacios como sea posible.
«Sables» es también un álbum con gran
presencia de blues. Temas como «Lil-lay bank blues», una épica incursión
en el solipsismo blues rock de Cream, podrían ser un buen argumento
para tachar a Tricky Woo de banda retro.
Blues, jazz, R&B, country, folk... todo forma parte del rock, son
los nutrientes que lo han ayudado a crecer. Entiendo que, superficialmente,
es fácil que nos tomen por retro. Lo que intentamos es construir
algo nuevo a partir del rock y sus raices. Actualmente esta es una
actitud común en muchas actividades. Nosotros hemos nacido, venimos
del interior de una mujer, no podemos pretender que no tenemos raices
e influencias.
El blues ácido también aparece en «Sables»
a través del inevitable espíritu de Hendrix. «Cats and a podium»
parece un tributo al Hendrix soul brother, es la clase de canción
por la que Lenny Kravitz vendería su pene. Es una lástima que la
imagen popular de Hendrix obvie su talento como autor de melodías
soul, pop, ¿no te parece?
Hendrix poseía un talento descomunal. Como Coltrane y Miles Davis.
Llevó las raices e influencias a otro plano, desconocido hasta entonces.
Pero sucede que su imagen, y la que de los 60 se tiene, a veces
no deja ver la belleza de su música. Fue un compositor extraordinario.
Otras erupciones afro del nuevo álbum
son «Szabo gabo» y «Les sables magiques», ambas, en mi opinión,
directamente influidas por el rock negro y psicodélico de Funkadelic.
¿Por qué ya no se hace música negra como esa?
Creo que en cierto modo, Funkadelic, Sly Stone y muchos otros músicos
negros surgieron para reclamar indirectamente el rock&roll. Pero
para cuando aparecieron, el hombre blanco ya dominaba la música
popular y el rock. Ha ocurrido lo mismo con el hip hop, ha sido
creado y divulgado por músicos negros, pero se lo han apropiado
los blancos.
A finales de los 60 y principios de los
70, el rock&roll se apareó con una amplia paleta de formas: country,
psicodelia, jazz, pop. Una canción como «Lonesome road» parece querer
sintetizar todas esas formas en una, incluidos arreglos de cuerda
y cierto atractivo FM. No parece fácil de conseguir.
«Lonesome road» empezó como una jam sureña al estilo Allman Brothers,
pero luego decidí dotarla de una estructura más concreta, definir
en ella una canción. En directo somos cuatro, sería estupendo integrar
más músicos para expandir en directo la idea de «Lonesome road».
Aparte de ese perfil progresivo, se da
un optimismo musical en «Sables» en el que se recupera la hedonista
visión del rock como entretenimiento mundano que antaño dominaba
las FM. Títulos como «Don't get the music worried» observan el mismo
equilibrio entre rock&roll y potencial comercial que Bachman Turner
Overdrive o Brownsville Station, bandas que competían en el gran
mercado sin comprometer su dignidad. Parece que hoy no es tan fácil
alcanzar ese equilibrio.
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«Nuestra infancia, nuestra adolescencia, transcurrió
con el punk. Ahora tengo treinta años. Todavía me agarro a algunas
ideas fundamentales sobre cómo me gustaría vivir en este mundo.
Mi música es sobre libertad en cada sentido de la palabra»
(Andrew Dickson)
Nosotros somos una banda de rock con peculiaridades. Nuestra infancia,
nuestra adolescencia, transcurrió con el punk. Ahora tengo treinta
años. Todavía me agarro a algunas ideas fundamentales sobre cómo
me gustaría vivir en este mundo. Mi música es sobre libertad en
cada sentido de la palabra. Lo único que quiero es hacer las cosas
a mi modo, con o sin popularidad.
¿Qué está pasando en Canadá últimamente?
Tricky Woo, los enormes Danko Jones, los notan buenos pero populares
Black Halos... me han contado que sólo sois la punta del iceberg.
Hay muchas buenas bandas en Canadá, todas diferentes. Muchas de
ellas darán que hablar. Nuestros hermanos de Bionic ya están despertando
cierto interés fuera de Canadá. Ya te digo, hay demasiadas bandas
buenas para nombrarlas a todas.
Tricky Woo se formó en 1996 pero no obtuvisteis
reconocimiento hasta el 2000. ¿Qué pasó entre tanto?
Si, fundé la banda en el 96, y soy el único miembro original que
queda. Nunca hemos conservado la misma formación por más de un disco.
Siempre hemos estado de gira, no puede ser de otra manera si queremos
autofinanciarnos. Siempre es duro empezar una banda. Por cierto,
Tricky Woo fue mi primer grupo.
Con «Sometimes I Cry», en Canadá cosechasteis
un puñado de nominaciones, premios y exposición radiofónica, y también
os consolidasteis en el underground americano. Sin embargo, todavía
no habeis dado el gran paso, seguís grabando para la misma indie.
Tricky Woo nunca ha manifestado apetito alguno por la fama, o deseos
de trabajar con una major. No me opongo a esa opción, siempre que
incluya libertad y respeto artístico. Creo que si grabáramos otro
disco que sonara como «Sometimes I Cry», alguna major de mierda
nos ficharía. Pero yo no soy ningún robot, y repetirnos sería una
afrenta de mala energía para con la Diosa de la música.
Habeis grabado para Estrus, Triple X,
Fistfull Of Rock, sin embargo no teneis un sello fijo en EE.UU.
¿Quién os distribuye allí ahora?
Tee Pee Records, de Nueva York. Ha publicado «Les Sables Magiques»
en Estados Unidos. En general no hay muchos sellos que se pongan
en contacto con nosotros. En un futuro inmediato nos gustaría trabajar
con algún sello europeo. ¿Alguna sugerencia?
Cómo te explicas la gran acogida que ha
tenido «Sometimes I Cry». No me malinterpretes, no pongo en duda
vuestra merecida reputación ni el trabajo que hay detrás, pero hay
muchas otras bandas por el mundo grabando discos tan buenos como
el vuestro.
Estoy de acuerdo. Hay muchas bandas que merecen reconocimiento y
que no lo obtienen. La cuestión con «Sometimes…» es que la prensa
lo trató muy bien. Sin embargo no vendimos muchos CDs. Actualmente
no se nos presta tanta atención, pero financiera y musicalmente
las cosas nos van mejor.
Cómo de bien, económicamente hablando.
Intentamos vivir de nuestro arte. Es muy duro. Nos va bien siempre
que andemos permanentemente de gira. De todas maneras sigo siendo
pobre.
Esa hiperactividad de conciertos es una
de las claves de vuestro estatus. Las giras han sido instrumento
crucial en vuestra penetración en el mercado americano, y dentro
de nada os embarcais en un recorrido europeo...
Esperamos estar pronto en Europa. Sobre un escenario es donde más
libres nos sentimos. Improvisamos mucho, cada noche abordamos las
canciones desde nuevos ángulos, nunca tocamos el mismo repertorio.
Mi aspiración es ser tan cambiante como Sun Ra.
En Montreal se hablan dos lenguas. ¿Te
supone algún dilema escoger en cuál de ellas expresarte?
Soy angloparlante de nacimiento. Nací en Escocia, pero la mayor
parte de mi vida la he pasado en Montreal, así que también hablo
francés. A la hora de expresarme prefiero pensar en colores, no
en lenguas.
Aunque atacadas por la mala actitud del
punk, las letras de Tricky Woo son algo cósmicas, o triposas. El
diseño gráfico de vuestros discos también rezuma emanaciones lisérgicas,
que dirían los Fuzztones...
Estoy muy interesado en los psiquedélicos y las alteraciones de
la percepción que estos producen. Pinto desde muy pequeño, y el
bagaje psiquedélico fue lo que me acercó al arte abstracto.
¿Por qué dejó la banda Adrian Popovich
-el segundo guitarra- y qué cambios va a comportar la entrada en
el grupo de un multinstrumentista como Phil Burns?
Adrian se fue por distintas razones, entre ellas un estudio de grabación
en el que andaba trabajando. Le pedí que se uniera a Tricky Woo
cuando ya nos habíamos hecho un nombre. Supongo que nunca la sintió
su banda y que necesita hacer algo por su cuenta. Quiero a Adrian.
Ahora mismo estoy grabando un álbum en solitario en su estudio.
Phil es una maravillosa adición a Tricky Woo. Aporta mucho colorido,
sea a canciones antiguas o nuevas. Con él suena todo distinto. Sus
poderes quedarán documentados en nuestro próximo disco.
Como yo lo veo, la fórmula de Tricky Woo
puede resumirse en esta ecuación: alto rendimiento técnico + entusiasmo
evangélico + energía sexual = la pasión del rock'n'roll, el gran
redentor de pecados...
Tricky Woo es la combinación de mis sueños y de algunos felices
accidentes. A veces pienso que debería haber llamado al grupo Andrew
Dickson... pero no estoy hecho para esos protagonismos. Tricky Woo
es una viaje musical y tiene muchos destinos que alcanzar, muchos
más miembros que adoptar. No me gusta la idea o imagen de una banda
fija, donde la gente puede tener un miembro favorito y toda esa
mierda. Me gusta trabajar con músicos que físicamente puedan reproducir
la emoción de tocar, músicos que sepan establecer una unión con
la audiencia. En eso consiste la música, el amor por la música.
Gracias por todo, tío.
Copyright
RUTA 66, 2002 - Nº 180
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