Cómo prenderle fuego al rock duro posmoderno según
The Cherry Valence
RECONVERSORES DEL «ROCK'N'ROLL» DE LED ZEPPELIN EN ECUACION
FILOSOFAL, THE CHERRY VALENCE PATENTAN EL HEAVY PUNK SUREÑO CON
UN PRIMER ALBUM DONDE CONSIGUEN QUE LOS 70 NO HUELAN A NAFTALINA
Y EAU DE CALVIN KLEIN, SINO A PURO CLIMAX.
De Carolina del Norte surgió entre las décadas de los 80 y 90 una
celebrada escena ''alternativa'' que, conformada por grupos como
Archers Of Loaf, Superchunk y Polvo, hizo las delicias de la nación
indie. Esas bandas que hoy nadie recuerda procedían de Chapel Hill,
reducto universitario y pastoso al que a escasas millas daba contrapunto
la ciudad obrera de Raleigh, nucleo rock por excelencia de la región.
Inspeccionando aquel territorio hace ya varios años conocí a Cheetie
Khumar, una exótica belleza nacida en la India y criada en el Bronx
que tenía a su cargo la representación artística de dos de las bandas
más energéticas de Raleigh. El destino nos cruza de nuevo cuando
descubro su nombre en la nómina de The Cherry Valence, el secreto-mejor-guardado
de Estrus en lo que va de año, esta vez como una de las dos guitarras
solistas de una banda que además también dispone de dos baterías
y dos cantantes. Flamígero, sulfuroso, contaminante, su sonido machaca
a golpe de riff ultraligero la pantomima del posmodernismo para
regresarle al rock su sentido de la veracidad. Un único elepé, recordatorio
en poderío y estilo al de los leoneses Buffalo -que, por cierto,
alguien debería reeditar ya-avala la integridad sónica de este antídoto
contra la aerofagia stoner. Cheetie La Douce nos aclara las diferencias
entre el revivalismo poltronero y el testimoniaje sincero.
Cuando nos conocimos a principios de los
90 te encontrabas al frente del sello Blast-O-Platter, en el que
figuraban bandas como Motocaster y Glamour Puss, de la que formabas
parte, ambas enraizadas en el rock'n'roll, por aquel entonces una
opción nada usual en Carolina del Norte, tan dominada por el sonido
''alternativo'' de las bandas de Chapel Hill. La vuestra era una
postura de francotirador, contra todas las modas...
Blast-O-Platter fue fundado en el 92 por Bo Taylor, de Motocaster,
exclusivamente para publicar el primer single de su banda. Poco
despues, Paul Siler (bajista de C.V.) y yo utilizamos el nombre
para sacar singles de bandas locales a las que todo el mundo ignoraba.
Nuestras mejores referencias fueron un doce pulgadas compartido
por Regraped y Shiny Beast, y un single de Trucker, una gran banda
de rock en la que Paul tocaba la guitarra junto a Jamie Williams
(el otro guitarrista de C.V.). Todos los grupos a los que estábamos
vinculados tocaban rock. Siempre ha habido una gran diferencia de
sonido entre las bandas de Chapel Hill y Raleigh. Hay veinticinco
millas de autopista entre ambas ciudades, y las bandas de Raleigh
tienden a ser más duras y desafortunadas. No es una ciudad en la
que abunde prensa o radio. La única banda ''conocida'' de Raleigh
es Corrosion Of Conformity. Yo no llegué a Raleigh hasta 1990, pero
por lo que he oido, me perdí muchas buenas bandas punk/hardcore
como No Labels y Days Of, regionalmente bastante conocidas. Desde
entonces, la pasada década vió una coexistencia de interesantes
bandas progresivas (Regraped, Shiny Beast), pop punk (Erectus Monotone)
y rock (Finger, Motocaster, Trucker). Miembros de estas últimas
y gente más joven se encuentran en The Cherry Valence, cuyo sonido
es una versión más ''madura'' de lo que hacían Trucker, Finger y
Motocaster. Las influencias son ahora más metálicas, hard rock de
los 70.
También fuiste mánager de Motocaster y
Finger, una jugosa banda de rock guitarrero a la que no sonrió la
suerte, a pesar de ser uno de los mejores talentos de Raleigh. Puede
que a The Cherry Valence le suceda algo parecido, ¿cuál es la mentalidad
de la banda respecto a sus expectativas de vida?
¡Quién sabe cuántas bandas extraordinarias han existido que nadie
ha llegado a escuchar! Seguramente la mejor banda de cada ciudad
corre esa suerte. El principal problema es que las bandas no salen
de gira. Esperan que una discográfica se fije en ellos en lugar
de ingeniárselas para sacar discos por su cuenta, se niegan a dejar
sus trabajos y no quieren abandonar a sus novias o esposas o perros.
Todo eso es una mierda. Tal como lo vemos nosotros, en la música
no puedes plantearte ninguna meta, eso son cosas que van saliendo
por si solas. La motivación principal ha de ser el disfrute que
te procura el grupo, la diversión de tocar en directo y la satisfacción
de grabar. Todo lo demás es un vehículo para esto, no los medios
por los que sucede. Has de sentir lo mismo tocando en un sótano
y en un club, grabando en cuatro y en veinticuatro pistas. Trabajar
duro no es ninguna garantía de que vayas a obtener el ''éxito'',
pero quedarte sentado en casa no te va a ayudar. Sea cual sea la
suerte de The Cherry Valence, sé que todos nos hemos dedicado al
grupo, hemos trabajado duro, nos hemos divertido, y hemos recorrido
mucha autopista.
Por cierto, ¿qué pasó con Finger?
John Howie, su batería, se fue para ponerse al frente de una formación
de country alternativo. Intentaron seguir con distintos sustitutos
y grabaron una gran maqueta con producción de Mitch Easter, pero
su momento había pasado. Nunca salieron de gira, la desmoralización
les venció. Unos se casaron, otros se graduaron en sus estudios,
algunos se mudaron. Brad Rice, el guitarra, pasó por Backsliders
y actualmente toca en Whiskey Town.
La historia nos demuestra que el 99% de
las bandas de rock lo dicen todo en apenas tres álbumes. En tu opinión,
cuánto debería durar un grupo antes de volverse enojoso o estéril.
Estoy de acuerdo, los tres primeros discos de cualquier banda son
los que cuentan, pero algunos grupos van más allá y hacen las cosas
de modo distinto. AC/DC lograron mantener fresca una fórmula simple
pero inimitable hasta al menos «Back In Black», y esos son muchos
discos, conservando su grandeza, al menos en directo. A veces una
banda consolida su sonido en el tercero, cuarto y hasta quinto disco,
caso de Aerosmith. James Brown creció con el tiempo, como Neil Young,
los Beatles y Black Flag. La cuestión es que las grandes bandas
no siguen rehaciendo lo mismo una y otra vez, excepto AC/DC o Motorhead,
que básicamente existen y te dan una lección cada vez que actuan
en tu ciudad. Si llegas a ser muy bueno en algo, lo mejor que puedes
hacer es encontrar otra cosa que te resulte más difícil de conseguir.
Si eso no ocurre, disuelve la banda y búscate un curro de nueve
a seis.
«Una compañía británica iba a licenciar
el disco en Europa, pero eso no sucedió. Aparentemente hay un modesto
sello italiano que ha expresado cierto interés, pero hasta que vayamos
allí no sabremos lo que puede suceder con nosotros en Europa»
(Cheetie Khumar)
¿Cómo nació The Cherry Valence?
Paul y yo estábamos juntos en Glamour Puss. Afortunadamente no duramos
mucho. Paul pasó a tocar la guitarra con Trucker, que, como he dicho,
eran una excelente banda de punk rock'n'roll, muy trabajadora y
excitante. Giraron por Estados Unidos un par de veces sin que ninguna
discográfica se percatara de su potencial. Tras la muerte de uno
de sus miembros, Paul, Jamie y yo formamos The Cherry Valence junto
al batería Nick Withley y un cantante que ya no sigue con nosotros.
Giramos por el país varias veces, y ganamos y perdimos varios miembros.
Brian Quast fue el único que resistió, era batería pero le pusimos
al órgano, un instrumento que no había tocado hasta entonces. Luego
lo compaginó de nuevo con la batería y empezó a cantar. Al mismo
tiempo, Nick nos sorprendió a todos cogiendo el micro y poniéndose
a cantar temas de Deep Purple durante los ensayos. Entonces todo
empezó a encajar. Teníamos dos baterías y dos cantantes, y un organista.
Perdimos miembros pero ganamos instrumentos.
Cherry Valance es el magnífico nombre
de una de las protagonistas femeninas de «The Outsiders». ¿Os interesa
la obra de S.E. Hinton?, ¿sabéis si ha escrito más novelas además
de «Rumblefish» y «That Was Then»? (Nacida en Tulsa, S.E. Hinton
escribió «The Outsiders» a los diecisiete años, iniciando una breve
saga de dramas suburbiales protagonizados por adolescentes disfuncionales
que F.F. Coppola llevó a la pantalla con irregulares resultados,
N.delA.)
Ninguno de nosotros es un estudioso de S.E. Hinton. Supongo que
leimos sus libros en el instituto. Jamie estaba viendo en televisión
la versión cinematográfica de «The Outsiders» y le gustó el nombre
de la chica porque era la que creaba todos los problemas. Cambiamos
una letra y le añadimos el The.
Un nombre tomado de una novela de delincuencia
juvenil y un sonido de peso pesado, que evoca el proto metal rock
de finales de los 60 y primeros 70... todo lo que ha de tener una
banda censada en Raleigh, la ciudad más curriqui de Carolina.
Raleigh es una ciudad chunga en muchos aspectos, pero es la capital
del estado y posee una gran diversidad racial y económica. Es sucia
pero real. Y muy curriqui, sí, aunque la revolución de los ordenadores
está intentando cambiar eso, desafortunadamente. Siempre han habido
buenos grupos en Raleigh. Ahora mismo están los Loners, Apollo Credence,
Halifax, Olympus Mons, Iskariot.
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Duelo de guitarras, uno de los tics de los 70 que The Cherry Valence
dinamitan con saña y furia
El público sucumbe ante bandas que como
The Strokes o At The Drive In exhiben una imagen enrrollada y unas
raices musicales ''legales'' pero carecen de sustancia. Contrariamente
a esto, The Cherry posee una imagen vulgar pero su sonido conjuga
genuina energía. ¿Cómo os regís para decidir qué y cómo tocar?
Ninguno de nosotros ha estudiado arte o diseño. Vestimos tejanos
y camisetas porque es ropa cómoda que resiste intacta en las giras
aunque actues, descargues el equipo y duermas con ella. La actitud
en el rock se ha convertido en una caricatura. Todo el mundo simula
ser duro y peligroso, pero eso no es lo que hace buena a una banda.
La actitud ''rockista" no debería medirse por ropas, tatuajes o
botellas de Jack Daniels ingeridas. De haber un mensaje, este no
te llega si la música no te atrapa primero. AC/DC, MC5, son bandas
que comprendieron totalmente a Little Richard y Chuck Berry. Esos
tipos fueron los mejores y los primeros, y creo que este es un hecho
que lamentablemente se ha olvidado. Nosotros no queremos olvidar
ese sentimiento que se desprende de «Rip it up» cuando la escuchas...
suena a sudor. Dyke & The Blazers, Can, Funkadelic suenan como si
tocaran como lo hacen porque no conocen otra manera de hacerlo,
no porque aparenta bien. Nuestra regla es disfrutar de lo que hacemos
y reducir el pasteleo al mínimo.
Stooges, MC5, AC/DC son los nombres que baraja la crítica para
describir vuestra música, pero lo cierto es que ninguno de ellos
es apreciable escuchando el elepé de The Cherry. Yo diría que Led
Zeppelin, Blue Cheer y Deep Purple son referencias más apropiadas.
Eso es interesante. Lo de Stooges/MC5 lo dicen sobre todo a propósito
de nuestro directo. Admiramos a ambos grupos, y a AC/DC, pero estoy
de acuerdo contigo, no sonamos como ellos y en la camioneta escuchamos
mucho más a Deep Purple, Blue Cheer y Led Zeppelin. Supongo que
sigue siendo más ''distinguido'' para la gente emplear ciertos nombres
y por eso nos encuadran en el revival Detroit, pero nuestras influencias
abarcan a Cheap Trick, los primeros Motley Crue, Budgie, Ten Years
After (los del album «Ssshhh»), cosas de Humble Pie, discos de Stax,
Parliament, Outkast, las primeras grabaciones de ZZ Top, Van Halen
(sólo sus discos con David Lee Roth), The Who, Aerosmith, Bad Brains...
No pararía de citar grupos, hay mogollón de ellos.
¿Dirías que garage rock blues es un buen
término para describir lo que haceis?
No está mal. No obstante, aunque grabemos para Estrus y nos gusten
bandas como Sonics y Pretty Things, no nos sentimos parte de la
escena garage rock. Y no estoy segura de si el blues encaja tampoco.
De todas maneras, las tres palabras juntas trasmiten un concepto
bastante preciso para nuestro caso. Nos sentimos más una banda de
rock que cualquier otra cosa. Algunos han dicho que somos como un
cruce entre la Chocolate Watch Band, Black Flag y Deep Purple, y
eso no está mal para empezar. ¿Qué tal Punk Arena Rock?
Allman Brothers, Grateful Dead, Gary Glitter,
Roy Wood's Wizzard, James Brown... todos experimentaron con doble
batería. ¿Os inspirasteis en alguno de ellos?, ¿qué pros y contras
plantea tocar con dos baterías?
Nadie nos ha inspirado en eso. Brian empezó tocando un tambor en
los conciertos y decidimos probar con la batería completa. Tiene
muchas ventajas. Nos permite más opciones en escena: a veces tocan
los dos baterías al unísono, otras uno de los baterías pasa a ser
el frontman; puede también que no haya nadie al frente, que Nick
cante desde la batería y Brian se ponga al órgano... en ocasiones
todo esto junto puede pasar en una misma canción. También proporciona
diferentes niveles de intensidad y dinámicos a nuestras canciones.
La única desventaja es que no siempre es fácil meter dos baterías
en un escenario pequeño... y a los técnicos de sonido les da pánico.
Tampoco puede decirse que resulte sencillo grabar dos baterías.
Dos baterías, dos guitarras solistas,
dos cantantes... está claro que esa abundancia enriquece la música,
pero seguramente también es una fuente de conflictos, conflictos
de ego.
No hay ninguna banda que se libre de eso. En nuestro caso, esa duplicidad
nos empuja a mejorarnos. Todos somos muy competitivos, pero nunca
nos peleamos por quién hace qué en una canción. Las cosas surgen
por si solas, cada canción es un mundo diferente... De hecho, si
fueramos una banda de formación normal, las cosas nos resultarían
más dificiles. Tal como estamos podemos experimentar con la configuración
de las canciones, cambiarla sobre la marcha, de bolo en bolo. Todo
el mundo en la banda acaba participando en esas remodelaciones.
La hoja promocional de Estrus apunta que
The Cherry son ''the now sound of the new rising South". De alguna
manera eso destaca una calidad sureña que no se puede aplicar del
todo a Carolina del Norte.
Desde luego Carolina del Norte no es el Sur Profundo, no forma parte
del Delta. Es el Sur con un poco de la atmósfera de costa este.
Ciertas cosas del Sur ancestral son vergonzosas, pero estamos orgullosos
de ser de aquí, ya que el Sur es la cuna del rock'n'roll. De Carolina
del Norte, en particular, son Thelonious Monk, George Clinton, John
Coltrane. Para nosotros, este estado es un punto medio: la basca
puede comer pollo frito y mecerse en su porche, pero también puedes
llegarte hasta Nueva York o Washington DC conduciendo unas pocas
horas.
Como mujer, cuáles son tus sensaciones
al tocar -guitarra solista nada menos- en una banda que maneja los
códigos de algo tan masculino como el hard rock.
No pienso demasiado en ello. Siempre me he sentido atraida por el
rock, rock duro especialmente, y no lo veo como algo solo para chicos,
aunque la verdad no creo que interese a muchas mujeres. La gente
está acostumbrada a que las chicas sean cantantes o bajistas, pero
todo eso ha cambiado. Si puedes tocar, no importa si eres chico,
chica o ambas cosas. No veo que hoy día ser chica en una banda de
rock constituya nada especial, y espero que los otros lo vean igual.
¿Y qué hay del componente sexista del
rock duro?
Nuestras canciones hablan de música, de tocar música, de relaciones
personales, observaciones particulares de nuestras vidas y de las
de los demás. No hay nada degradante en las letras, y el sexismo
es degradante.
De cualquier forma, sexy es uno de los
adjetivos que mejor cuadran en el ataque sónico de los Valence,
y ese es uno de los factores que más se ha difuminado en el rock
moderno.
Creo que la buena música y el sexo son mejores si no los analizas
demasiado. Me alegra que encuentres nuestra música sexy. Hoy día
mucha gente que toca rock es demasiado consciente de si misma, de
su vestuario e imagen, de su equipo o corte de pelo, piensan demasiado.
Se han olvidado de olvidarlo todo y limitarse a sentirlo.
La estructuración ''progresiva" de canciones
como «Action» da a entender que también vosotros sois una banda
pensante.
Tocarlo todo a un ritmo de 4/4 es bastante aburrido al cabo de un
tiempo. Algunas veces surgen riffs que requieren cierta reflexión,
pero esta la llevamos a cabo de inmediato, en el mismo local de
ensayo. Generalmente, si algo tarda en cuadrar o requiere un esfuerzo
suplementario para que aprendamos a tocarlo, lo abandonamos al momento.
Hablemos de vuestra discografía, aparte
del elepé en Estrus.
Tenemos un single que salió el pasado otoño en un sello de DC llamado
Fandango, pero está agotado. Queríamos sacar otro single, pero hemos
pasado demasiado tiempo tocando. Hemos escrito un puñado de canciones
nuevas que esperamos grabar este invierno. El segundo elepé no aparecerá
hasta el próximo verano, pero mientras tanto editaremos un EP si
nos es posible.
Por el momento, vuestra reputación se
cimenta en las actuaciones que habeis dado por territorio americano.
¿Cómo de duro resulta a una banda de rock ''démodé'' trabajarse
el mercado estadounidense?
Depende de lo que entiendas por duro. Durante tres años hemos sido
capaces de actuar por todo el país por nuestra cuenta y sin tener
publicado ni un solo disco. Cada vez que volvemos a tocar en una
ciudad, el público crece. No hacemos mucha pasta ni salimos en las
revistas, pero una banda como la nuestra tiene la bendición, o maldición,
de necesitar tocar más y más y más. El rock'n'roll es así.
Copyright
RUTA 66, 2001 - Nº 176
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