De pequeñas y grandes
tristezas
FUERON UNA DE LAS MEJORES APORTA-CIONES BALEARES AL FENOMENO
INDIE DE LA PASADA DECADA. SIGUEN EN EL MISMO SELLO, SUBTERFUGE,
Y EMPEÑADOS EN ENSANCHAR UNA PERSONAL VISION DEL POP. «BUTTERFLIES»,
SU ULTIMO DISCO, LES RETRATA EN MADUREZ.
SEXY SADIE
Los mallorquines Sexy Sadie han sobrevivido al deshinchamiento
del globo independiente de mediados de los 90 y con el paso de los
años -y a base de trabajar muy duro- se han instalado en una cómoda
posición en la que la prensa les respeta y un público fiel les garantiza
unas ventas razonables. Para eso han tenido que sortear las dificultades
que les han ido saliendo al paso mientras crecían artística y personalmente.
Primero fue superar la salida del grupo de Miki -hasta entonces
la mitad creativa de la banda- en unas circunstancias que han dado
bastante que hablar y a las que Jaime, nuestro interlocutor en esta
ocasión, no ha querido referirse pese a que se le preguntó por ello.
Con «Butterflies», el sexto álbum -si no me fallan los cálculos
y si incluimos el de remezclas «Onion Soup» y el de caras B y rarezas-
les presenta como una banda madura y culmina una ascensión artística
que sin grandilocuencias les ha llevado al pelotón de cabeza de
la independencia estatal. Pese a todo, no somos pocos los que pensamos
que en este nuevo trabajo no se ha alcanzado el nivel de su anterior
«It's Beautiful, It's Love» ni tampoco el de algunas de las canciones
que estaban en «Onion Soup». De todo eso y mucho más hablamos con
Jaime Soriano, guitarrista, voz y principal compositor del grupo.
Supongo que para muchos este álbum supondrá
el de la confirmación de vuestra buena salud, ¿qué es para vosotros?
Es un disco más. Pero más currado, más impulsivo, más intenso, más...
avanzado. No me gusta comparar los discos que hemos hecho entre
sí porque todos son hijos nuestros y a todos les queremos. Cada
uno representa una etapa de nuestra vida musical, pero si tuviera
que elegir uno éste es con el que me quedaría, porque está más cerca
de lo que buscamos como grupo: hacer un disco inolvidable y eterno,
es decir que de principio a fin lo disfrutes, que tenga calidad
y variedad estilística en cada una de las canciones y que sea atemporal...
que si lo oyes dentro de diez años no digas: este disco es de los
90, 80, 70 o 60. Es de Sexy Sadie.
No he encontrado en él tanta alegría como
en «It's Beautiful, It's Love»: «Butterflies» parece más intimista,
incluso en la exquisita presentación del CD. ¿Qué ha motivado esto?
Este disco no posee la alegría que «It's Beautiful...» en general
podía tener, aunque mantiene el optimismo en sus letras. En general
estas hablan de sentimientos humanos más profundos: dudas, inseguridades
y tristezas... pero siempre hay esperanza. No es algo premeditado,
es algo que sale, música y letra, de muy adentro y no se puede ni
se debe controlar. Te afectan más las desgracias e injusticias que
ves todos los días en la gente, o las pequeñas y grandes malas experiencias
que hayas podido tener personalmente que lo feliz y realizado que
te puedas sentir, así que para mí es más normal escribir letras
sobre pequeñas y grandes tristezas... pero soy demasiado optimista
en el fondo y se me nota. Confío en la gente y en el ser humano
en general como ser noble e inteligente... soy un utópico.
Cuando aparecisteis la independencia española
iba viento en popa y muchos os hicisteis un hueco, los grupos de
ahora parece que lo tienen más crudo para pasar de las quinientas
copias.
¡Nosotros no pasábamos de las trescientas copias! No creo que ahora
sea más difícil que antes, creo que es al revés. Ahora los grupos
poseen mejores medios para grabar maquetas con el ordenador y pasarlos
a CD, además hay más discográficas, más salas y más público. Lo
que quizás no es bueno para los que empiezan es que se está intentando
vender esta música como un movimiento musical indie, o lo que sea,
de una manera puramente comercial, ofreciendo como tal a grupos
y, lo que es peor, canciones basura. Pero bueno, ahí estamos luchando
contra la corriente en la que nacimos. Como diría Calamaro: como
el salmón.
Os encontráis en una situación en la que
parece que el techo se encuentra ya cerca de vuestras cabezas, a
no ser que ocurra algo que os haga subir al lejano peldaño superior,
¿os encontráis cómodos en esa situación? ¿Sería posible dar un salto
desde Subterfuge o estaríais dispuestos a cambiar de aires?
Esta situación nos permite vivir de la música que nos gusta hacer
sin que nadie nos pueda decir o exigir nada que tenga que ver con
nuestra música, que es lo que nos gusta, y lo que más nos importa.
En Subterfuge siempre han respetado eso, y no estamos tan seguros
de que en una multi lo hicieran... más vale malo conocido que bueno
por conocer... ¡Es broma!
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Sexy Sadie otean el futuro desde la resaca indie (fotos: Mario Martín)
Para mi gusto, en «Onion Soup» están algunas
de vuestras mejores canciones y disteis un giro importante en vuestra
carrera artística, ¿qué pasó con aquella regrabación que hicisteis
con Fernando Pardo a los mandos?
Fernando Pardo nos ayudo muchísimo, nos ayudó a sonar como grupo:
densos y compactos pero con tensión. Esa grabación fue un error
nuestro hacerla y la compañía no la quiso sacar... pero la experiencia
con Fernando fue decisiva para nosotros, y en «It's Beautiful...»
aún trabajamos más con él, en los ensayos, y estuvo viendo el nacimiento
de canciones como «Stay behind me» o «Days of love», llegando incluso
a tocar con nosotros.
También se rumoreó que Fernando iba a
producir «It's Beautiful...», pero que desde la compañía os frenaron
en vuestros deseos de utilizarle como productor.
Su labor quedó ahí, además de producir la grabación de las bases
rítmicas. No sabíamos qué poner en el disco y pusimos coproducido
por F. Pardo. La producción la hicimos con Joaquín Pascual de Mercromina
porque, además de ser un gran compositor, es un muy buen arreglista
y captó lo que queríamos. Ese disco fue el idóneo para él y todo
ese material tan pop que teníamos fue engrandecido con su ayuda
en el estudio.
«Lo que quizás no es bueno para los que empiezan es que se está
intentando vender esta música como un movimiento musical indie,
o lo que sea, de una manera puramente comercial, ofreciendo como
tal a grupos y, lo que es peor, canciones basura» (Jaime Soriano)
¿Cómo serían Sexy Sadie si Miki siguiera
con vosotros? ¿Seríais más rockeros?
Seríamos diferentes, no lo sé... probablemente mejores, pero no
más rockeros.
Una de las cosas que se os achacaba en vuestros primeros años era
la dispersión sobre el escenario, algo que ya habéis superado con
nota, ¿os planteasteis atajar ese problema o ha sido una consolidación
natural?
El problema existía. Nuestra actitud punk tenía la culpa de eso,
los discos y las actuaciones tenían un punto de inexperiencia que
a mí me gusta ver, siempre y cuando te trasmita sensaciones... con
canciones, que sí que hicimos unas cuantas muy buenas. Fernando
Pardo y muchos ensayos hicieron que esa etapa la superáramos...
sería muy aburrido estar siempre tan limitado.
Tras unas cuantas colaboraciones cinematográficas
parece que os alejasteis del séptimo arte, ¿tenéis algún proyecto
a ese respecto?
Isabel Coixet a lo mejor nos invita a hacer algo en alguno de sus
proyectos. Luis Hortas, el realizador de todos nuestros vídeos excepto
«Someone like you», también hará pronto un corto en el que colaboraremos.
¿Quedásteis contentos de la experiencia eléctronica con Big Toxic?
¿La repetiríais?
Fue muy interesante, aprendimos bastante. Usar samplers y tocar
con claquetas. Fue divertido hacer actuaciones con él, podíamos
improvisar cosas que no estaban en el disco, yo lo pasé muy bien
y tuvo mucho éxito. Nos dio un empujón moral muy importante en un
momento difícil por la marcha de Miki, fue un empujón moral muy
importante.
¿Qué podemos esperar en el futuro de vosotros?
Buenas canciones, y buenos conciertos. Ahora, además, estamos con
otra incorporación en la banda: el que fuera bajista de Los Crudos
y Henteligens es ahora el de Sexy Sadie. José Luis ha dejado el
grupo por razones que a nadie le importan pero que mencionaré para
que no se creen bulos. Se ha cansado de este mundillo y de lo que
conlleva: muchos viajes, pelotas, pérdidas de tiempo... ¡pero que
le quiten lo bailao! Le echamos mucho de menos, pero seguimos adelante,
a nosotros nos quedan unos años más de aguante, la recompensa es
sentirte realizado, oír tus discos, sentirte orgulloso de ellos
y recordar con cariño tantos buenos momentos y actuaciones. No se
vayan todavía... aún hay más. Por cierto ya estamos componiendo
las canciones de lo que será el próximo álbum.
Copyright
RUTA 66, 2001 - Nº 172
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