Sintonizando residuos de metralla juvenil
LA GRANJA HAN VUELTO, AUNQUE SEGUN ELLOS NUNCA SE FUERON. LOS MALLORQUINES
PRESENTAN UN NUEVO TRABAJO («EL EFECTO DOMINO») QUE POR PRIMERA VEZ HAN
PODIDO ELABORAR SIN PRISAS, JUGANDO EN CASA, DORANDO LENTAMENTE ESE POP
PODEROSO QUE SIEMPRE LES CARACTERIZO.
«Medicina Natural», último elepé granjero publicado por Dro antes del
retiro temporal del grupo hacia 1994, dejaba espacio para la conjetura,
siendo quizás un producto de asimilación estricta sobre los valores fundamentales
del tratamiento pop en estado de derecho. Superado tan espaciado tránsito
y tras la publicación de un recopilatorio en 1997 («Los Mejores Productos
De La Granja»), el carácter modélico del grupo, cuyas virtudes emergentes
en el terreno nacional cobraron retribución de clásico aún antes del cerrojazo
medicinal, volvió a retomar el oficio de su resplandeciente prisma melódico
en 1998, cuando unida la formación original y en elocuente espíritu de
conservación creativa, sale al mercado discográfico, y pasa bastante desapercibido,
un CD-single con el título de «Amplifícalo», recordatorio musculoso del
dominio guitarrero que los mallorquines ponían en ajuste gradual para
la regeneración por medio de un modesto sello local.
«Cantar en un idioma que la mayoría no conoce y en el que los mismos grupos
se mueven con dificultad no sintoniza con un concepto de pop amplio, no
se consigue llegar a la gente de manera fácil y a la vez creando complicidades»
(Guillermo Porcel)
Esta golosina, predilecta asimilación del power-pop clásico de siempre,
con dos temas propios y sendas versiones, anticipaba la llegada, ya en
el 2.000 y gracias a la zaragozana Grabaciones En El Mar, de «El Efecto
Dominó», álbum registrado con minucioso empaque en los estudios del guitarrista
Pablo Ochando, granjero de acordes prístinos como el cristal. Guitarras
de doce cuerdas y distorsiones sedosas, esmerados arreglos de viento,
Hammond, y coros impecables que respaldan la sinceridad con la que Guillermo
canta esos textos tan llenos de complicidad adolescente... la calidad
del grupo se pronuncia de principio a fin, siendo la descarga en vivo
sobre el escenario lo que mejor les otorga valía complementaria a sus
canciones. Así lo demostraron en el calahorriano Serie B, cuando su pop
de mermelada eléctrica abrazó la psique del que suscribe con lo agradable
de una seducción táctil, tan entrañable como refractario, un ejercicio
de flagrante estilo difícil para el descrédito.
En el fondo, vuestras nuevas canciones guardan
un cierto intimismo, una lírica apasionada, ajena al paso del tiempo.
Para lírica apasionada la de nuestras primeras canciones grabadas
en maqueta, que nunca han salido a la luz. Cierto es que muchos de nuestros
temas nacen desde una visión interior y personal, casi íntima -aunque
me parece una palabra muy fuerte- de las grandes y pequeñas cosas que
pasan en nuestro mundo, pero no se me ocurre otra forma de transmitir
sensaciones y sentimientos. De todos modos, y en referencia a los textos,
hablar en esos términos sería dar una visión muy parcial del grupo. Según
las épocas y los temas ha habido letras muy variadas. Siempre hemos intentado
no aburrir a la gente y conservar un punto de ironía que nos mantuviese
a flote en las demasiado comúnmente edulcoradas aguas del pop.
Sobre un escenario, el pop de
La Granja se endurece en una dualidad que es muy de agradecer
La Granja -El Efecto Dominó (2000)
Recuperar el grupo, ¿obedece a cuestiones puramente
nostálgicas, o es un intento por ocupar dentro del género patrio el lugar
en que hoy nadie parece estar?
El grupo en realidad siempre ha seguido funcionando. Ha tenido
una época de retirada a los cuarteles de invierno para rearmarse a todos
los niveles y esperar un momento más propicio, en el que se volviese a
considerar el hecho de hacer letras en castellano no como una rémora sino
como una cualidad atractiva en un grupo; en el que la gente se diese cuenta
que lo de menos en el noise-pop es el noise y lo de más el pop; en el
que se descubriese que los grupos indies no son más que grupos como todos
los demás, que no le gustan a suficiente gente y cuando eso pasa son tan
comerciales como los demás. Como ese momento no ha llegado, decidimos
que ya estaba bien de apolillar las canciones en las maquetas y hemos
vuelto a dar señales de vida.
|
|
Guillermo Porcel, cantante del grupo mallorquín
que vuelve al ruedo con menos pelo pero la misma ilusión
Siempre he pensado que la gran mayoría de grupos
españoles que utilizan el inglés esconden en realidad una paupérrima capacidad
para el uso del castellano.
Nosotros no tenemos dudas sobre eso y nuestra postura ha sido siempre
clara. La gente va a lo fácil que es hacer melodías sin preocuparse en
lo más mínimo de si sus canciones transmiten algo o no. Cantar en un idioma
que la mayoría de la gente no conoce y en el que los mismos grupos se
mueven con dificultad no sintoniza con un concepto de pop amplio, no se
consigue llegar a la gente de manera fácil y a la vez creando complicidades.
Cuando tienes un montón de canciones y hablas con la gente que te ha seguido
durante todo el tiempo te alegras de haber hecho el esfuerzo de escribir
en castellano.
Sexo y amor como motor inductor para la vida,
algo bastante recurrente en vuestros textos.
Está claro que durante determinadas épocas de la vida son temas que pueden
llegar a obsesionarte y que provocan la máxima atención en el público
puesto que, probablemente, está en el mismo punto que tú.
Los años van pasando y los sueños de adolescencia
se van estampando contra ese muro cruel llamado realidad. ¿Cuáles son
las ''enfermedades de alto riesgo'' que habéis sufrido en todo este tiempo?
No somos distintos al resto de la gente, llevamos mal el paso de los años,
el conformismo, ver que las cosas no van a mejor... en fin, el hecho de
que nos preguntes eso, y con motivo, es ya un mal síntoma. De todos modos,
con 34 años seguir con la banda después de 16, creo que no es mala medicina
para ir paliando el resto de las dolencias.
¿Cuál es vuestro ''efecto dominó''? A simple
vista sugiere un encadenamiento lógico de actitudes
El "efecto dominó" es la falta de previsión que siempre ha guiado nuestros
actos a nivel musical. Un día sin saberlo tiramos la primera ficha y sólo
tras muchos años hemos visto la secuencia lo suficientemente completa
para darnos cuenta del efecto.
Lo que el público entiende como power-pop lleva
insufribles años padeciendo de un amargo virus: la monotonía.
No sé exactamente a qué tipo de power-pop te refieres, pero en general
es un género, ya clásico, que goza de buena salud. Siempre ha habido grupos
interesantes tanto a nivel nacional como internacional, la lista sería
interminable. Tal vez a partir de ahora, cuando ir a conciertos en directo
se está convirtiendo en un fenómeno de treintañeros, empieza a flaquear
el género. Pero es algo inevitable, las guitarras hacen un ruido demasiado
estridente y encima se desafinan.
Imagino que las ventajas de haber grabado en
el estudio de Pablo habrán aumentado las posibilidades detallistas para
estas nuevas canciones.
Ha sido justamente así. Por fin hemos grabado en casa en el sentido más
amplio de la palabra: en nuestra isla, en nuestro local... eso significa
pruebas con instrumentos, colaboraciones, vuelta atrás para repetir los
coros que nunca se grababan, las chorradas que no daba tiempo a hacer,
remezclas, tus propios amplis, grabar con la voz en perfecto estado y
no en un día determinado porque el avión se va. Siempre fue nuestra intención
dar una personalidad propia a cada canción y eso, cuando haces un tipo
de música con un mismo hilo conductor, lo consigues con los matices. Además,
es la primera producción 100% La Granja
El sonido granjero se agria para el directo.
Hoy en día ni siquiera es fácil encontrar a grupos que valoren esa dualidad
de carácter.
No lo podemos evitar, tantos años después no sabemos controlar lo que
tenemos entre las manos. El directo hace que perdamos los papeles, y creo
que la gente lo agradece aunque suene un poco desafinado y atolondrado.
Tantos años haciendo lo mismo y todavía siguen cometiendo los mismos errores
y algunos de los primeros aciertos. En fin, nos gusta meter ruido, ruido
por ruido. Como decían Los Nikis: "somos adictos al decibelio", y eso
no está reñido con el pop.
¿Cómo veis ahora todo lo que hicisteis desde
aquel ya un poco lejano 1987 en que publicasteis vuestro primer álbum
con DRO? ¿Qué diferencias se plantean en esta nueva etapa?
Todo es distinto, pero en el fondo en ese momento no nos planteábamos
nada demasiado serio y ahora tampoco, con lo cual también hay puntos de
conexión. En La Granja siempre hay tiempo para todo, y ahora toca hacer
música y vivir la vida. No sé que se plantea en la nueva etapa, pero no
creo que eso sea malo.
Copyright
RUTA 66, 2001 - Nº 168
|