La mas completa agenda de conciertos y bares, asi como la biografia y discografia de los principales grupos que tocan en Barcelona.

 
ENTREVISTAS:
Nuevo Catecismo Católico
Cotton Mather
Ze Malibu Kids
Ryan Adams
Tricky Woo
Beachwood Sparks
The White Stripes
Clem Snide
Joe Strummer
Victoria Williams
The Cherry Valence
Zen Guerrilla
The Soundtrack Of Our Lives
Bummer
The Black Crowes
Jet Lag
De Luxe
The (International) Noise Conspiracy
Los Planetas
Los Enemigos
MERMAID
La Granja
Orlando
Sonic Boom
Money Suzuki
Billy Bragg
XTC
Sonny Vincent
Giant Sand
Hefner
Big Sandy
Demolition Doll Rods
The Bellrays
The Clash
The Walkabouts
 
Ver las otras entrevistas <-a CLEM SNIDE por: IGNACIO JULIÀ

Clem Snide era un gilipollas profesional

«EL FANTASMA DE LA MODA» ES EL TERCER ALBUM DE UNA BANDA, AFINCADA EN NUEVA YORK, QUE TIENE SU MEJOR BAZA EN LAS CANCIONES DE EEZ BARZELAY. UN GRUPO QUE, PARTIENDO DE SONIDOS TRADICIONALES COMO EL COUNTRY, LLEGA A UNA INTRANSFERIBLE EXPRESIVIDAD ENTRE MELANCOLICA Y JUBILOSA. DESCUBRELOS…

Eef Barzelay se parece a Buddy Holly. Ha heredado de Hank Williams ese ritmo 3/4 típico del vals country y, sin embargo, tocaba punk rabioso cuando a principios de los 90 despuntaban Sebadoh y Pavement. Ruidosos orígenes para quien hoy muestra una pluma certera cual bisturí y se arropa de un embelesado, cromático sentido musical. En las apreciables canciones condimentadas por Clem Snide para su tercer álbum -«The Ghost Of Fashion» (Cooking Vynil-Disc Medi, 2001)- se reflejan destellos de afilada observación siempre teñida de empatía, imágenes fijadas con el gélido asombro de una ingenuidad gradualmente erosionada por la experiencia. Sirvan unos pocos versos, a medio camino entre Chandler y Salinger, como muestra: ''Se supone que los hermosos no deberían sufrir, y yo soy tan hermoso''… ''Me siento como el cubito en tu vaso, deshaciéndose''… ''Tu lengua puede ser afilada, pero en mi boca es tan suave''… ''Te desnudaré mientras cuento un chiste, pero por favor no te rias mientras nado en tu carne''… ''No lo crees pero es verdad, nadie es más feliz que tú''…


Clem Snide al completo: una banda en pleno crecimiento que merece la atención del público rutero

Son flechas envenenadas dirigidas al corazón y la mente, inquietudes producto de la vida en una gran ciudad y la consiguiente incertidumbre en las relaciones sentimentales, pero su acompañamiento -el sonido de un pequeño combo engordado por los arreglos de Jason Glasser (teclados, violín, cello) y una moldeable sección de viento- nos transporta a los orígenes rurales de la música americana desde una perspectiva sutilmente posmoderna. «You Were A Diamond» (Tractor Beam, 1998) y «Your Favorite Music» (Cooking Vynil, 2000), sus anteriores trabajos, sólo apuntaban lo que aquí estalla en un arcoiris de sensaciones, de la distorsión al susurro, de la tristeza a la euforia. Todo un descubrimiento en estos tiempos de impostadas amarguras y alegrías idiotas. Eez, su nombre es hebreo, me confiesa que escucha con deleite lo último de Ron Sexsmith y Bonnie Prince Billy. Sus canciones caen a medio camino de ambos, pero su mundo es totalmente propio. El de un bardo con una especial sensibilidad perdido en un mundo superficial y vanidoso. Un chico enclenque y cuatro ojos cuya miopía le permite enfocar el detalle con mayor resolución. Sensuales o ásperas, melancólicas o ridículas, sus rimas y tonadas acabarán atrapándote.

Clem Snide suena a nombre propio…
Sí, como Jethro Tull… Es un personaje de una novela de William Burroughs. Al leerla me gustó como se describe al personaje, ''un gilipollas profesional''. Pensé que era divertido. A veces me arrepiento de haberlo elegido, no era el modo más original de dar con un nombre para un grupo. Además Burroughs ya está muy sobado: Steely Dan, Soft Machine, etc. Es un nombre estúpido, pero muchas grandes bandas tienen un nombre así. Beatles, Led Zeppelin. Un nombre se hace, no nace.

Orígenes punkoides, presente folk-pop. ¿Cómo fue esa evolución?
Empezamos en 1991, en Boston, con Eric Paul a la batería y Jason Glasser al bajo. En aquel entonces yo tenía escritas tres o cuatro canciones. Nos juntamos básicamente para pasar el rato, no había grandes expectativas. Un par de años después añadimos un saxofonista. Y empezamos a tocar esa música ruidosa, groovy, a lo no wave, tipo James Chance. Era divertido, nos sentaba bien; fue una especie de terapia de grupo, pues en aquella época todos nos sentíamos confundidos, frustrados, llenos de angustia. A nivel personal fue algo especial, me sentía bien tocando con esos tíos. Cuando me mudé a Nueva York, Jason vino poco después. La banda se había separado, pero yo seguí escribiendo canciones y actuando en solitario por Nueva York con el alias Clem Snide. Dos años después, Jason y yo empezamos nuevamente a trabajar juntos. No sé realmente porque pasamos de aquel sonido punk-rock a lo eléctrico/ acústico, creo que fue el resultado de escuchar otro tipo de música y concentrarme más en la composición.

Quizás tus canciones, al hacerse más complejas, te llevaron en esa dirección…
Bueno, al principio, cuando nos juntábamos para tocar, era todo pura emoción, ni siquiera había canciones, tocábamos cualquier cosa que se nos ocurriera, yo gritaba a todo pulmón. Hay un par de grabaciones de aquella época, nos gustaría publicarlas si pueden adecentarse a nivel de sonido. En cualquier caso, al instalarnos en Nueva York empezó a tomar forma lo que hoy conocemos como Clem Snide.

 


Tercer álbum de Clem Snide "The Ghost Of Fashion"
(2001)

 

 

 

 

Clem Snide
Eez Barzelay, segundo a la izquierda, observador crítico de la superficialidad que nos rodea. «Me inspiró vivir en Mahattan y ver a toda esa gente hermosa, pero tan infeliz, deambulando por las calles. Empecé a pensar que en cierto modo es una maldición ser tan hermoso. Todos quieren algo de ti y te conviertes en una especie de fantasma» (Eez Barzelay)

Curioso que instalaros en Manhattan os animara a tocar músicas tradicionales. ¿Qué artistas te educaron en esos estilos?
Cuando empiezas a descubrir la música americana, si vas lo bastante lejos, finalmente llegas a Hank Williams o a Buddy Holly. Ambos me inspiraron mucho. Neil Young también me enseñó mucho acerca de como escribir una canción. Llegué a un punto en que me interesaba concentrarme más en las palabras, pues durante mucho tiempo lo que más me había interesado era tocar la guitarra y buscar riffs guapos. Me aburrí de eso y quise trabajarme las letras. Cuando te concentras en las letras, quieres que la música deje mucho espacio libre a las palabras, y un cadencioso vals country funciona muy bien en ese aspecto, es más lírico por naturaleza.

Sin embargo, a menudo rellenais ese espacio con arreglos y todo tipo de instrumentos. El sonido del álbum es en ocasiones muy denso…
Eso es cosa de Jason. Es nuestro productor, especialmente en el último disco. Nuestro anterior álbum lo publicó Sire, una multinacional, y la experiencia no fue buena. Al entrar al estudio para grabar «The Ghost Of Fashion» la sensación era de liberación, y Jason propuso que probáramos otras cosas. «Your Favorite Music» también suena denso, pero de un modo distinto, hay más cuerdas. Yo aporto las canciones, Jason juega un gran papel en la forma de grabarlas. Luego está Pete Fitzpatrick a la guitarra, que se ha unido al grupo para este disco, es increible, ha aportado cosas muy buenas. Eric Paul a la batería también ayudó lo suyo, claro. He trabajado diez años con Eric y Jason, confío plenamente en ellos.

Lo primero que me gustó del álbum fue su título, «The Ghost Of Fashion». ¿A qué hace referencia?
Supongo que no precisamente a las rebajas posnavideñas. No estoy muy seguro de lo que significa. Me interesan las cosas invisibles, son siempre buen material para una canción. La mayoría de canciones del álbum tienen un tema común, lo ví al reunirlas: ¿qué ocurre cuando alguien es famoso, o está de moda, y su fama se desvanece? ¿A donde va esa fama? Se puede decir lo mismo de algunos sentimientos. No sé cómo explicarlo. Los sentimientos que describo son de los que no duran mucho tiempo. La lujuria, la vanidad, esa clase de cosas son las que me han inspirado.

Hay canciones, como «The curse of great beauty», que a primera vista pueden parecer irónicas.
No hay ni una gota de ironía en todo el álbum. En ese caso concreto se trata de algo que me parece bastante obvio. Supongo que me inspiró vivir en Mahattan y ver a toda esa gente hermosa pero tan infeliz deambulando por las calles. Empecé a pensar que en cierto modo es una maldición ser tan hermoso. Cuando eres así todos quieren algo de ti y te conviertes en una especie de fantasma. Aspiras a trascender esa belleza pero no puedes, te sientes atrapado en un cuerpo hermoso. Del mismo modo que alguien muy feo se siente atrapado en el suyo.

Pero los feos son más divertidos y a menudo tienen buen corazón…
¡No siempre! La mayoría de personajes en estas canciones son gente superficial. Me interesaba llegar al corazón de esa clase de vanidad. Pese a todo, siento cierta compasión por esos personajes, aunque al mismo tiempo me ría de ellos.

Otra canción memorable, «No one's more happy than you», finaliza el disco en una nota eufórica.
Me gusta esa canción, pisa la línea que separa lo muy optimista de lo muy pesimista. En cierto modo es una canción esperanzada, un mensaje de esperanza para gente que no se gusta a si misma. Pienso en la gente de New Jersey, por ejemplo. De hecho en la letra se menciona Hackensack, una población de New Jersey.

La joya, sin embargo, es «Joan Jett of Arc». ¿Cómo se te ocurrió mezclar ambos iconos de protofeminismo juvenil?
Ni siquiera sé como se me ocurren esas cosas ridículas, me vienen a la mente. Cuando escribo me gusta tomar cosas opuestas y hacerlas encajar en una canción. Llevar a un personaje mítico a un entorno más superficial y suburbano. O juntar algo tonto y divertido con algo triste, mórbido. Es una buena fórmula. En lo musical ocurre lo mismo. Se trata de tomar un arreglo un poco anticuado y mezclarlo con un sonido más moderno. Un buen contraste.

Que paradójicamente os distancia de la legión neo-country actual. ¿Te sientes ligado a esa escena?
Realmente no. Nunca he seguido ese revival, prefiero la vieja música country. Mucha de mi inspiración viene de la música antigua. Me gusta hacer lo que me da la gana, esa es mi filosofía de la vida. Quiero libertad absoluta, no quiero seguir ninguna filosofía musical concreta. Si deseo meter trompetas en un tema, las meto, y si quiero un coro gospel, lo mismo. Cualquier cosa que encaje en la canción.

Copyright RUTA 66, 2001 - Nº 178


Ver Ruta66





Atiza contiene la mas completa agenda de conciertos y bares, asi como la biografia y discografia de los principales grupos que tocan en Barcelona
Atiza 1999-2024 · Aviso Legal · Política de Privacidad · Condiciones de Uso