Big
Sandy es realmente grande y no sólo porque gaste una talla cincuenta
y ocho de pantalón. Este orondo caballero de facciones tex-mex
y vestuario hep cat lidera una de las formaciones
de western swing que más discos ha vendido. Pero Robert Williams,
que así se llama realmente, no sólo graba discos de dicho
género, también lo hace de rockabilly, hillbilly y doo wop.
En su caso, el eclecticismo está mas que justificado, pues tiene
un nombre
en cada una de dichas escenas: el mítico Dave Alvin le produce
discos y el no menos mítico Morissey se lo lleva de gira.
He
leído que tu abuelo era músico. ¿En qué momento
te planteas seguir sus pasos?
Malogradamente, a mi abuelo ni le conocí; así que mi afición
por la música vino por otros derroteros. En casa había toneladas
de vinilos. Mi padre poseía una buena colección de discos
de rockabilly, western swing y surf; mi madre, por el contrario, prefería
escuchar rhythm ´n´ blues, doo wop o jump blues, o sea, los
discos que heredó de sus hermanos mayores.
Háblame de tus comienzos
En 1981 había una pequeña escena de rockabilly en la Costa
Oeste. Como buen aficionado al género, intentaba no perderme ningún
concierto. En esa época y con el apoyo financiero de mi madre,
me apunté a clases de guitarra en una academia en la que te regalaban
el instrumento, si te inscribías durante unos cuantos meses. Un
buen día nos juntamos unos cuantos colegas y así fundé
mi primer grupo. Por aquel entonces me hacía llamar Robert Williams
And The Rustin Strings. La mayoría de nuestros temas eran originales,
aunque también incluíamos clásicos en nuestro repertorio.
Por cierto, ¿por qué te llaman Big Sandy?
Solía ponerme una chaqueta en la que habían cosido el nombre
Sandy. Wally
Herson la vió y añadió el calificativo big;
supongo que por los kilos de
más o por lo bueno que soy, no sé
que cada cual piense
lo que quiera. Me gustó el apodo y pensé adoptarlo como
nombre artístico al igual que hacían muchas estrellas de
los 50. En cuanto a lo de Fly-Rite Boys, aparece en la letra de una canción
de Nat King cole que me encanta.
¿Qué
me dices de tu nuevo contrabajista?
¡Que voy a decirte de él! Jeff West es muy bueno, ágil
con los dedos, todo
un experto en el contrabajo y un gran fichaje. Ya me gustaba cuando tocaba
con Sun Demos.
¿Por qué dejó la banda Wally
Herson?
Ha estado conmigo desde el principio, es un gran amigo y no hemos dejado
de vernos, aunque ya no esté en el grupo. En la penúltima
gira con los Fly-Rite Boys noté que estaba como ausente, como si
ya no disfrutara tocando el contrabajo. Al llevar juntos tanto tiempo,
enseguida supe que algo le pasaba. Me comentó que sufría
de estrés, que acaba de casarse y estaba deprimido porque no podía
disfrutar de su matrimonio, que apenas veía a su mujer y que estaba
agotado física y mentalmente con tantas actuaciones; así
que, simplemente, optó por irse. He de comentarte que nuestra media
anual es de doscientos conciertos.
¿A
qué se dedica ahora?
Sigue vinculado al mundo de la música, tiene su propio estudio
de grabación
y produce a otras bandas. También piensa grabar discos, pero lo
deja para
más adelante.
Carl
Sonny Leyland también se ha ido.
Sí, en efecto, pero nunca fue un miembro fijo de la banda. Este
pianista se incorporó hace unos dos años en pequeñas
colaboraciones y poco a poco se fue involucrando más y más,
hasta estarlo del todo; pero él siempre ha sido un artista al que
le gusta ir por libre y la prueba de ello es su amplia
discografía.
¿Piensas
contratar a otro pianista?
Por el momento no. Nos conformamos con ser un quinteto
¿Cuándo
te decidirás ha grabar un nuevo elepé?
Pronto, muy pronto. Ya sé que mi público lo está
esperando desde hace tiempo y soy consciente de ello. «Feelin´
Kinda Lucky» alcanzó las treinta mil copias... y de eso ya
hace un par de años. Cuando registre el mini-CD «My Radio
Favorites» casi, casi tenía el material suficiente para un
largo, aunque para grabarlo debería de haber interrumpido las giras.
Creo que ha llegado el momento de hacerlo. A principios de año
entraremos en el estudio para que pueda salir a la venta en primavera.
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Como
siempre, reproduciremos el sonido de los años 50, para lo que contaremos
con un equipo auténtico de esa época.
¿Será
un disco de western swing?
Sí, pero en esta ocasión agilizaremos más los temas,
es decir, los tocaremos
más rápido y los fusionaremos con melodías de rockabilly
y boogie.
¿Por
qué te pasaste del rockabilly al western swing?
¿Y por qué no? ¿Qué problema hay? Es otra
de mis influencias musicales. De
joven mamé mucho western swing y me encanta. También he
grabado un disco de doo wop. No me parece muy real que, a muchos de los
que les gusta un género y no les gusta el otro, se empeñen
en marcar tanto las diferencias entre ambos, como si quisieran diferenciarlos
aún más. Es tan sólo una pose. Ahora me apetece tocar
western swing y quizás mas adelante quiera decantarme por el rockabilly.
¿Cómo
valoras la escena rockin norteamericana actual?
Desde hace unos años, han surgido multitud de revistas y festivales
especializados, como Viva Las Vegas o el Grease Ball de San Francisco,
que
han reavivado la escena. Otra buena parte del mérito se lo debemos
atribuir
al fenómeno del swing. Gracias al swing, muchos jóvenes
han vuelto a
interesarse por la música de raíces. La programación
semanal de muchos
clubes ya alterna los conciertos de swing con los de rockabilly. Ahora
hay
un montón de bandas nuevas que vale la pena tener en cuenta. Uno
de los
primeros nombres que me viene a la cabeza es el de Rackeeters, se trata
de una joven banda de Boston que recuerda a los Blue Caps de Gene Vincent
del 56. También me gusta mucho Steve Lucky And The Rhumba Bums,
una formación de San Francisco que se decanta por el jump blues
y en la que destaca Carmen Gettit, la cantante y guitarrista. Otra de
mis preferidas es Lucky Stars, una formación de hillbilly y western
swing de la que todo el mundo habla y
que sólo tiene publicados dos singles. No paro de insistir para
que graben
un elepé, yo mismo me he ofrecido a producírselo, pero están
involucrados en diferentes proyectos y les cuesta ponerse de acuerdo para
encerrarse en el estudio de grabación. Otra de mis predilectas
es Smith Ranch Boys, formada por mi antiguo guitarrista T.K. Smith.
Su
último disco es formidable ¿Qué aceptación
tuvo tu disco de armonías vocales, «Dedicated To You»?
Ha tenido muy buenas críticas y se vende muy bien: no me puedo
quejar en absoluto. Estoy muy contento de que guste y funcione a nivel
comercial,
porque grabarlo fue como plasmar una sueño que yo tenía
desde que era niño, cuando mi madre me inculcó su pasión
por el doo-wop. Durante el 2.000 tengo previsto registrar un segundo volumen.
Leyendo
los créditos del último disco de Kim Lenz And His Jaguars,
he visto
que ahora te dedicas a la producción
Bueno, ese disco fue mi debut como productor y espero que la experiencia
tenga continuidad, ya que lo pasé muy bien y estoy muy satisfecho
del
resultado final. Kim Lenz es una gran intérprete y su nuevo guitarrista,
Nick Current, todo un virtuoso, un verdadero portento para su edad. Tiene
mucho futuro.
¿Cómo
te ha ido desde que saliste en la serie televisiva «Melrose Place»?
No aparecimos en carne y hueso. En uno de los episodios la cámara
mostraba un póster promocional de la banda colgado en una pared,
uno de los protagonistas hacía un comentario sobre nosotros y sonaba
un tema nuestro.
Quizás te parezca insignificante, pero nos ha abierto las puertas
de Hollywood y nos ha dado la oportunidad de estar en varias bandas sonoras.
¿Cómo
se te trata en el viejo mundo?
Nunca olvidaré la primera vez que toqué en el festival de
Hemsby, que fue en 1991. Allí descubrí que también
había una escena rockin´ en Europa; mucho más importante
y valorada que la que por aquel entonces había en Estados Unidos.
¿En
que concierto has disfrutado más durante tu última gira?
Me quedé muy sorprendido con la gran aceptación del público
español, la
gente conocía y tarareaba mis canciones; esa es la mayor recompensa
que puede tener un músico.
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