Clara Peya

Clara Peya es una de estas personalidades extrañas, extraordinarias. Como ella misma dice tiene “la intensidad de diez personas juntas”. Por eso puede grabar un disco como “Estat de larva”, un trabajo de piano prácticamente en solitario, desnudo como una larva.

Pero en este disco hay magia, una magia que crepita entre los sonidos del instrumento, en el percutir de los dedos sobre las teclas, los crujidos del taburete, de los pedales, de cualquier cosa que en ningún momento distorsiona el hecho fundamental de la relación de la artista con su música, con el paisaje sonoro que destila.

En este trabajo, la pianista de Palafurgell profundiza en melancolías y tristezas que no dejan lugar a ningún tipo de épica insustancial, una especie de viaje a la soledad, a la terquedad de lo infausto.

Las canciones, de 1 a 16, han sido tituladas con cada una de las sílabas de la frase: “No sé vosaltres, però jo necessito pell per viure”. No sé vosotros, pero yo necesito piel para vivir. Y el álbum trata exactamente de esto.

TEXTO - Jordi Torrent