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Manel |
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Atletes, baixin de l'escenari
01. Ai, Yoko
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La banda de Barcelona Manel ha utilizado "Atletes, baixin de l'escenari", frase histórica de Constantino Romero en un intento de poner orden en la clausura de los Juegos Olímpicos de 1992, como título de su tercer trabajo. No es que Guillem Gisbert (voz principal y guitarra), Martí Maymó (voz, bajo y clarinete), Arnau Vallvé (voz, batería, percusión y programaciones Midi) y Roger Padilla (voz, guitarras y programaciones Midi) necesiten promoción. Su primer disco, un auténtico fenómeno social, ha vendido más de 30000 copias y el segundo, quizás un pelín más flojo, en su primera semana alcanzó el número uno de la lista de ventas de discos en España, que para un trabajo cantado en catalán es algo realmente encomiable. En esta tercera entrega se escucha a la banda más suelta, sin la presión del anterior. Han abandonado el ukelele para adentrarse por terrenos más eléctricos, con cuidadas armonías vocales, a veces histriónicas pero siempre efectivas, que dan carácter y volumen a las canciones. En lo referente a las letras, en este disco, sin dejar de lado su meritorio costumbrismo simpático, tan lúcidamente descriptivo del carácter de la gente de por aquí, se atreven con la carta de desagravio que todos sabemos que Yoko Ono merece (Ai, Yoko), un cuento de inspiración gótica (Mort d’un heroi romàntic) y la corta historia, bastante bestia, de un niño pequeño capturado por un cóndor gigante ante los atónitos ojos de su padre (Imagina’t un nen). Trece canciones pegadizas en el más puro estilo Manel, y un disco acertado, perfecto para mantener en el Olimpo a estos héroes, en un país en el que los protagonistas tienen siempre los días contados. Que sea por muchos años. Y que no se olviden del todo del ukelele. TEXTO - Jordi Torrent
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