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Sinkope

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Esta noche se merece otra ronda
(Dro-Pägana Records / Pies Records / Warner Music España - 2007)

01- Encanutao
02- El carro de la vida
03- No quiero…Que no!
04- Esta noche se merece otra ronda
05- Romance de la luna gitana y el sol poeta
06- Mi herencia
07- Le voy a cobrar a tus labios tus miradas
08- Mil tallos (vuelvo a brotar)
09- Quemando recuerdos, penas y sueños y otros enseres
10- Tras el rastro de un sueño que perdí borracho

 


"Esta noche se merece otra ronda", es la sexta entrega discográfica de los extremeños Sinkope, puro rock con bases contundentes de Manolo Peña a la batería y Miguel Álvarez al bajo, guitarras muy trabajadas de Mario Santos y Alberto David, a las que se encaja como un guante la voz desgarrada de Vito Iñiguez y sus historias llenas de poesía urbana. Puro rocanrol, maduro y visceral, con ese puntito alegre que hace que se te muevan los pies. Este nuevo álbum refleja el trabajo insistente y las ganas del grupo por estar consolidados entre las bandas referentes del rock estatal. Han contado con la producción sonora de Alberto Seara y Carlos Escobedo, y con las colaboraciones, entre otros músicos, de Kutxi y Colibrí de Marea, Fernando Ponce y Mohamed de Mago de Oz.

El primer tema empieza a todo trapo con los acordes rockeros de "Encanutao", el que seguro es ya el nuevo himno del grupo, una bonita historia de amor desenfadada, que nos da una pista de por donde van a ir los tiros en este larga duración. Después suenan los arpegios de "El carro de la vida", una declaración de principios ante las cosas buenas y malas de la vida, que se va animando rítmicamente. "No quiero…Que no!", canción guitarrera a medio tiempo para reivindicarse. Más tranquilito es el tema que da título al disco donde cuenta una historia cotidiana con un final feliz.

El disco continua con la intro de "Romance de la luna gitana y el sol poeta", que en el estribillo hace tributo al rock más auténtico. Le siguen "Mi herencia" y "Le voy a cobrar a tus labios tus miradas", donde se deja constancia que los rockeros más duros también pueden ser tiernos, aunque eso sí, final cañero para que no se diga. Recuperando la contundencia y los medios tiempos encontramos "Mil tallos" y "Quemando recuerdos, penas y sueños y otros enseres". Cerrando el disco está "Tras el rastro de un sueño que perdí borracho", todos ellos con el sello de la casa.

TEXTO - S.Flores