Zaz, la cantautora francesa que mezcla estilos como el jazz y el swing volvía a Barcelona después de haber pasado por la ciudad hace 4 años. Tras un parón de 3 años, presentaba en el Auditorio del Forum de Barcelona su quinto álbum, “Isa”; un álbum marcado por esa Zaz que terminó cansándose de Zaz y que buscó en “Isa” consolidar esa pausa regeneradora titulándolo con su nonbre de verdad, Isabelle.

Pasaban pocos minutos de las 9 de la noche, cuando Isabelle apareció por sorpresa entre el público que no logró colgar el cartel del sold out entonando “Les jours heureux”, uno de los éxitos de su último álbum compuesto durante el confinamiento. Zaz, acompañada de un quintento de músicos (guitarra, bateria, bajo, teclados) ha vuelto con la energía y alegría que atesora y le hace una artista especial en los escenarios, con un público que se ha entregado desde el primer minuto, por su proximidad, saber hacer, simpatía, ... y cómo no, su voz.

Sonó “Si jamais j'oublie”, momento en el que encendió una vela (para completar una escenografía que simbolizaba los cinco elementos, dejando claro que su favorito es el fuego), esa canción tan especial que es una petición a un@ amig@ para que no olvide las razones que le llevaron a amar la música y a ser artista. La cantante ha ido introduciéndose en el resto de su discografía para hacer vibrar con el jazz manouche y el swing del que bebe en canciones como 'Que vendra', 'Laissez moi' o 'Comme ci, comme ça'. "Vous êtes prêts?", ha preguntado a una audiencia ya entregada antes de arrancarse con 'Je veux', (la canción top para muchos de los asistentes) un himno a la vida en la que la artista recuerda que quiere "amor, alegría, buen humor" porque no es el dinero el que da la felicidad y lo que busca es, al fin y al cabo, "morir con la mano en el corazón".

No ha faltado el recuerdo a todo lo que está aconteciendo estos días cuando ha sonado “Avec son frère” reflexionando “Con todo lo que sucede en el mundo, estamos indefensos, pero cuando cantamos canciones, creamos un entorno especial, que ya es algo”. Varios momentos divertidos y distendidos durante el concierto, cuando iba haciendo speechs en catalán y cuando recordó que junto a su madre, profesora de español, uno de los mejores recuerdos de su infancia, fue cuando la Tuna de Ávila visitó su colegio. "Los músicos se quedaron un rato con nosotros y me enseñaron a tocar la pandereta con mi cuerpo", ha dicho, gesticulando y percutiendo con las palmas sus extremidades, justo antes de hacer gala de su español con 'Clavelitos'.

“La vie en rose”, esa canción que ha “robado” de Édith Piaf, “On ira”, “Serendepia”, “Si je perds”, “Éblounier par la nuit”, “Le chant des grives” terminaron cerrando una preciosa noche en Barcelona.

Hasta pronto Isa.