La duración de un parto. Eso es lo que tardaron estos 4 jóvenes adoradores de Led Zeppelin en aterrizar en la Ciudad Condal después de su fallido concierto el pasado mes de febrero. Para qué esperar más tiempo a sacar el nombre inevitable. Sí, su primera escucha recuerda irremediablemente a los chicos de Jimmy Page, aunque, claro está, hay algo más, y se intuye que puede haber algo más en el futuro. Ambiente multicolor en la previa, muchas camisetas del rollo, y edades varias, algo lógico teniendo en cuenta la edad de los músicos.

Abrió la velada la cantante Yola. Uno reconoce no saber de ella previamente, y lo poco escuchado no entusiasmarle mucho, y vaya si cambió la percepción: un prodigio vocal con una energía y buen karma más que contagioso nos pilló por sorpresa, dejándonos un gran sabor de boca con ese rollazo soulero que lleva. No tardaríamos en volver a verla para cristalizar uno de los momentos de la noche.

Con algo de retraso, salieron a escena los 4 jinetes del hard-rock revisionado, el hype, el “grupo de versiones de Led Zeppelin” como les llaman algunos/as. Lo primero que llamó la atención es la movilidad de su cantante Josh Kiszka, el (pequeño todavía) paso al frente como frontman que ha sabido dar en estas giras. Más de un vídeo habíamos visto donde no era precisamente Iggy Pop.

Con un sonido impecable, fueron dejando caer los mejores temas contenidos en sus 2 álbumes, destacando una increíble “Age of man” de su último “Anthem of the peaceful army”, con intro cojonuda al teclado de Sam Kiszka y sonando épica a lo “No Quarter”. Para ese punto del bolo ya habían caído “Highway tune” (abrió el concierto), y otras joyas como “Black Smoke Raising” o “You’re the one”, con “The Music is you” de John Denver como intro. Eso sonaba de puta madre y la gente disfrutaba sin reparos de 4 chavales tocando de lujo unos temas que, más o menos parecidos a algunos que nos vienen a la cabeza, son buenas canciones y las defendieron sobrados, sobretodo el vozarrón del cantante que por momentos superaba incluso la interpretación ofrecida en los discos.

Después de “Age of man” y su aureola épica, cayó un tema llamado “Black flag exposition”, con un largo solo de guitarra que levantó al personal y arrancó una ovación espontánea con la que, ahí si, se metieron al público en sus bolsillos, si no lo estaban ya. Después de eso, trio final del set principal con “Watching Over”, “The Cold Wind” y “When The Curtain Falls”. Parón corto, gritos pidiendo la vuelta, y llegó uno de los momentos: el duelo vocal que mantuvieron Yola y Josh con la versión de The Band “The Weight”. ¡¡Qué chorros de voz!! La leche. Aún quedaban “Flower Power” y el cierre con la ya popular “Safari song”, para dejar al personal contento y satisfecho con esta primera visita.

Un gustazo ver una banda tan joven tocar esta música tan bien, ver a niños a hombros de sus padres haciendo cuernos y poder disfrutar de un show así en pleno 2019. Esperando su vuelta.