No era un sábado cualquiera para todos los allí presentes; la fecha del 15 de diciembre estaba subrayada en rojo en nuestras agendas, la extremeña de adopción Bebe finalizaba su exitosa gira de presentación de su cuarto álbum “Cambio de piel” (2015) que le ha llevado por Rusia, Turquía, Bulgaria, Rumanía, Argentina, Uruguay, Colombia, México y España (ya visitó la sala en noviembre de 2015, su primer concierto en España), en la Sala Barts de Barcelona.

“Cambio de piel”, compuesto junto a Carlos Jean (productor y cantante gallego de origen haitiano), contiene buena parte de la esencia de su ópera prima “Pafuera telarañas” e “Y.”.

Noche llena de fuerza y pasión en la que Bebe nos ha dejado sin respirar. Ha entrado al escenario cargada de energía, seguida por su dulzura para darnos una noche mágica, de aquellas que no es fácil olvidarse.

Han bastado dos minutos para que el público soltara el nerviosismo acumulado durante la casi media hora de retraso, se ligara la chaqueta a la cintura y se echara a bailar. Parece que no pasen los años a sus ganas de divertirse cantando, dando revolcones por el suelo y bailando, seduciendo al público ya enamorado.

Y es que Bebe no permite tomarse los conciertos al igual que la vida, con indiferencia. Puedes pasarte el concierto con los ojos abiertos impregnándote de su energía sobre el escenario o cerrarlos y dejar que su voz entre y fluya en lo más hondo de nuestros corazones.

Dos horas de concierto que dieron para repasar sus greatest hits que viene acumulando tras cuatro LPs en el mercado: Pafuera Telarañas (2004), Y. (2009), Un pokito de Rokanrol (2012) y Cambio de piel (2015). Canciones como “Siempre me quedará”, “Me fui”, “Me pintaré”, “K.I.E.R.E.M.E.”, “La cuenta”, “Borrones”, “Sabrás”, “Corazón” (uno de sus últimos singles).

Sin duda dos momentos realmente especiales e inolvidables del concierto de Bebe en la Barts fueron cuando, tumbada en el suelo, empezaron a sonar los primeros acordes de “Respirar” (canción que apareció en el disco de la Marató de TV3 de 2015), acordes a los que siguieron su increíble voz en catalán a la que se unieron las voces de todos los presentes en la sala. Fueron unos minutos de emoción y sensibilidad, con más de una lágrima deslizándose por las mejillas de los que allí se encontraban. “Respirar” nos puede servir para explicar un poco la evolución de una Bebe que pasó de apuestas y letras más combativas en sus primeros trabajos a una Bebe más intimista en su último LP.

Y como no, no podía faltar “Malo” y “Ella”, dos de los himnos de la extremeña, con las que llegó la locura total de un público rendido y entregado. Aún sin bises, la noche mereció y mucho la pena. No son muchas las oportunidades de poderla ver en directo y es sin duda un placer poder saborear en directo todos esos temas que nos ha ido regalando a lo largo de estos años.