Raúl Rodriguez
Sala Apolo
12/10/2017
Jordi Torrent
Raúl Rodriguez, con su discurso inteligente, cordial y empático, prodigó al respetable una velada musical entre el entertainer de verbo fácil y el músico con alma.
Inventor del tres flamenco, merzcla de tres cubano y guitarra flamenca, aproxima el sonido de su música tanto al son antillano como al jondo más arabizado, sin entrar ni en lo uno ni en lo otro, sino todo lo contrario.
Junto a su equipo habitual, Mario Mas (hijo del zaragozano Javier Mas, maestro de la guitarra de 12 cuerdas), Guillem Aguilar y Aleix Tobías, desgranó canciones de sus dos discos en solitario, mezclando flamenco, ritmos caribeños y psicodelia, no en vano aprendió a querer la música en el entorno de la contracultura sevillana de los setenta, de la mano de su madre, la cantante Martirio.
Hombre de largo recorrido y un buen montón de cultura, no en vano Raúl Rodriguez es antropólogo, desmostró que aparte de encandilarnos con su simpatía y tablas, también sabe tocar, arropado por su puñado de músicos importantes y el buen rollo que se creó en la sala.
Una gozada, de verdad. La forma más civilizada de celebrar, si hubiera que hacerlo, el día de una hispanidad sin caspa ni mixtificaciones. Música y sentimiento, ni más ni menos.
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