La polémica ha perseguido a los suecos Ghost en los días previos al show barcelonés, ya que varios ex Nameless Ghouls, o todos para ser más exactos, denunciaron al líder y vocalista Papa Emeritus por echarlos del grupo y contratar a otros cinco nuevos miembros para meterse en sus sagradas túnicas. Todo ello ha conllevado que se perdiera el anonimato, y parte de la gracia también, al conocerse las identidades y rostros de los viejos y nuevos componentes, y por qué no, dejarle al Papa la etiqueta de ser algo cabrón. Aún así, Tobias Forge y sus nuevos secuaces, recalaron con su nuevo tour “Popestar” en la grande de Razz, como presentación del EP del mismo título publicado hace 6 meses (lo cierto es que se agradecen estos tentempiés entre LP’s para matar el gusanillo), con un show que aunque espectacular como era de esperar y, a pesar de los cambios de formación, resultó calcado al ofrecido en Apolo en su última visita, quizás algo indicativo de que ya toca otra vuelta de tuerca cara a próximos discos y giras.

El duo de Pittsburgh Zombi abrió temprano, un excelso batería y un bajista que también se encarga de los sintetizadores, facturan música instrumental que encajaría en cualquier banda sonora ochentera. Propuesta poco habitual para oídos abiertos que no acabó de calar en los presentes, que habían venido a lo que habían venido y que quizás en otro momento y situación entraría mejor. Sin mayor dilación y con música de fondo sacada de alguna misa con pocas buenas intenciones, la parroquia se fue calentando para el plato fuerte; bastantes fans venidos de fuera aprovechando el inicio de la Semana Santa, y es que para ir de procesión castiza, mejor recibirla quedando con el Papa Emeritus. “Square Hammer”, single de su nuevo EP, abrió el fuego con una explosión y la impactante aparición del líder entre humo; el tema que la gente esperaba y coreó, con una melodía casi comercial pero totalmente adictiva que demuestra que Ghost siguen publicando temas redondos que enganchan. “From the Pinnacle to the Pit” nos llevaba a su álbum más completo “Meliora”, con los nuevos “ghouls” ya totalmente rodados como banda para un Papa Emeritus III tan teatral y dueño del espectáculo como cabía esperar. “Secular Haze”, “Con Clavi Con Dio” y “Per Aspera ad Inferi”, picaron en los primeros LP’s de Ghost, temas de estribillos dulces y solemnes, perfectos para cantar en directo, lo que constituye uno de los atractivos de una banda que sabe conjugar una imagen impactante, un show vistoso y una colección de hits impecables, algo difícil de ver hoy en día y que los ha llevado a lo más alto.

La aparición de dos recatadas monjitas sirvieron como excusa para otra parrafada del Papa, y es que los “speeches” durante el concierto se hicieron algo pesados, está claro que forma parte del juego, pero estaría bien ir más al grano e ir cambiándolos un poco. Todo cobra sentido de nuevo al apabullarnos con la melódica “Body and Blood”, con la épica de “Cirice”, temazo impepinable de “Meliora”, o con la liturgia de “Year Zero”, sintonía que debería atronar cada domingo en todos los pueblos a lo largo de la piel de toro (se recomienda visualizar los respectivos vídeo-clips de las dos últimas). Con el Papa ya vestido de paisano, enlazaron nuevos “must” del repertorio de los escandinavos, como la oscura belleza contenida en la balada “He Is” o buenos trallazos metálicos como los de “Absolution” y “Mummy Dust”. El medley “Ghuleh/Zombie Queen” mostró la versatilidad de una banda en estado de gracia, para rematar antes de los bises con la seminal “Ritual”, mostrando la categoría de discos como “Infestissumam” y “Opus Eponymous”. Como siempre dejaron la terrorífica “Monstrance Clock” para el final, con el Nameless Ghoul luciéndose a los teclados, y como celebración del “orgasmo femenino” según Forge. El imponente coro del tema se alargó un par de minutos con la sala a oscuras, momento que imagino aprovecharían para enfilar Calle Almogàvers arriba sin riesgo de ser vistos, mientras todo el mundo quedaba satisfecho y hacía parada en una bien provista mesa de merchandising. Todo ello forma parte también de la experiencia, la de una de las bandas del momento, buena música y espectáculo con mayúsculas.