Tremendo concierto pudimos disfrutar el pasado 21 de septiembre en la sala mediana de Razzmatazz. Si bien hace ya unos años que, afortunadamente, Y&T se han convertido en unos habituales de nuestros escenarios, era mi primera vez con ellos, y lo primero que he de decir (cosa que será una obviedad para muchos de vosotros), es que ya no los hacen como a Dave Meniketti. El hombre es un fuera de serie, sencillamente. Y&T es una banda con un gran legado, de eso no hay duda, pero el hecho de que su líder esté en la forma que está, hace que el valor de ese legado se vea multiplicado varias veces. Pero vayamos por partes…

El cuarteto californiano llegaba a Barcelona pocos días después del fallecimiento de su batería original, Leonard Haze, cosa que, ciertamente, debe de haber marcado esta gira, otorgándole un componente de emotividad que no estaba previsto. La gente respondió y la sala presentaba una entrada nada desdeñable. A pesar de que Meniketti es el único miembro original que queda de los que, en sus dos primeros discos, aún se hacían llamar Yesterday and Today, la formación que lo acompaña en la actualidad le cubre las espaldas con una solvencia fuera de toda cuestión. John Nyman es otro as de la guitarra, Aaron Leigh es un fiable bajista y Mike Vanderhule le da a los parches de manera certera y potente. Y en cuanto a Dave… sobran los adjetivos. Su voz está en un estado envidiable, mucho mejor que la de la mayoría de sus coetáneos, y el tipo toca la guitarra como si le fuera la vida en ello, imprimiéndole a sus solos, licks y fraseados, y un alma y una garra que no pueden sino emocionarte.

El concierto dio inicio, apropiadamente, con “On with the Show”, tema que abre “Facemelter”, último disco de estudio de los de San Francisco, editado en 2010, y a partir de ahí, fueron cayendo, una tras otra, perlas y más perlas del mejor hard rock clásico que podamos ver hoy en día sobre un escenario. Temazos del calibre de “Lipstick and Leather”, “Don’t Stop Runnin’”, “Dirty Girl”, “Mean Streak”, “Down and Dirty” (dedicada al fallecido Haze)… Clásicos de su repertorio, formado, en su mayor parte, por esos cuatro fantásticos discos que son “Earthshaker”, “Black Tiger”, “Mean Streak” e “In Rock We Trust”, más otros incluidos en el mencionado “Facemelter”. La banda sonaba perfectamente engrasada, lo cual se hacía insultantemente patente, por ejemplo, cuando Nyman doblaba los solos de Meniketti, para deleite de los allí presentes. Sonaron “Black Tiger”, “Midnight in Tokyo”, “Take You to the Limit”, “Rescue Me”, entre algunas otras, todas ellas fabulosas, y Dave no pudo evitar emocionarse con la ovación que arrancó del público con la tremenda interpretación de “I Believe in You”, en la que el feeling de su solo ya alcanzó cotas exageradas. El set concluyó con “I’m Coming Home”, también de su último trabajo, para, tras una breve retirada al backstage, dar paso al encore, conformado por la celebrada “Open Fire”, la inesperada “25 Hours a Day”, extraída del primer y homónimo álbum, “Yesterday and Today”, y, por fin, la hímnica “Forever”, que acabó de rematar a un respetable que ya hacía rato que había caído rendido a los pies de Meniketti y los suyos.

Una noche inolvidable para cualquiera de los que estuvimos ahí, no os quepa la menor duda. Un auténtico privilegio poder ser testigos, ya bien entrados en el siglo XXI, de un recital de rock duro clásico de esta envergadura. Solamente nos queda dar las gracias a Y&T por hacernos disfrutar de la manera en que lo hicieron. ¡Brindo por ellos!