Elliott Murphy + Olivier Durand
Sala Jamboree
19/01/2016
Texto: Fernando Poveda
De prolífico podríamos calificar al neoyorkino Elliott Murphy, tanto en su producción discográfica reciente, dadas sus 66 primaveras, como en sus contínuas visitas españolas. Afincado en París, lleva años acompañándose del exquisito guitarrista Olivier Durand, en esta ocasión para un desnudo show a pachas, acústicas encima, sin trampa ni cartón. Actuó en doble sesión, 20 y 22 hrs., formato atractivo y poco habitual para un servidor, quien madrugó para, sentado y cerveza en mano disfrutar de un show íntimo, como el que se va a tomar algo al salir de currar.
Mi anterior vez con los dos fue hará una década en la Plaza Cataluña, en eléctrico y acompañados por banda, en un show donde, a media tarde, brilló la energía de Durand. En Jamboree fue la cercanía de Murphy, sus historias y sus canciones las que encandilaron a un selecto público formado por veteranos fans, algunos solos, otros en pareja, aunque conocedores del cancionero del rubio cantautor. Sin hacer mucho ruido iniciaron con “Last Of The Rock Stars”, “Sweet Honky Tonk”, y otras tonadas que ratificaron el buen hacer de uno de los pilares de la música urbana americana de los setenta. Con los agudos coros de Durand como contrapunto nos regaló “You Never Know What You’re In For” del recordado “Night Lights” y se arrastró por un rítmico blues acústico mientras nos descubría que el blues se inventó en Barcelona (¿!), al descubrir “Christopher Columbus” América.
Con alguna versión (inevitable en este tipo de shows), temas marca de la casa como “On Elvis Presley’s Birthday” e historias varias, consiguió levantar y hacer vocear a la parroquia. Para rematar en el bis, ambos músicos se situaron ante la primera fila para sin micro versionear “Heroes”, resultando un precioso homenaje al desaparecido Duque Blanco, a pesar de lo excesivo y justificado del asunto durante los últimos días. Fotos y firmas en la barra para despedir a los congregados, y puesta a punto para empezar de nuevo a las 10, un infatigable Murphy, necesaria muestra de un duro currante del rock’n’roll.
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