Branca Santa
la (2) d'Apolo
20/10/2016
Jordi Torrent
Vaya por delante el mérito de haber metido en el escenario de la sala 2 del Apolo dos baterías, un percusionista, cuatro guitarras, dos teclados, dos trombones, un saxo (barítono), un bajo eléctrico y una trompeta, con sus correspondientes catorce músicos de tamaño ordinario.
Y encima, todos amigos.
Parece que el trompetista mallorquín Pep Garau, con querencias a ambos lados del mar balear, es el responsable de esta fiesta de colegas músicos con ganas de sonar fuerte y potente. Para el invento embaucó a Roger Pistola, cantautor de su misma isla y amigo de Xarim Aresté, y los tres se trajeron a un montón de gente, de Mallorca y de aquí mismo, para montarla parda.
Temas de uno y otro que se desgranaron en hora y pico de buena música, profesionales como la copa de un pino y ambiente cálido, en una sala con una afluencia por encima de la media.
Que catorce músicos en menos de veinte metros cuadrados de escenario suenen bien, solo se consigue con un alto grado de compenetración, talento y un buen técnico de sonido y, como confirmaban en la presentación de la última canción del repertorio “Ha fallat tot”, nada falló de modo que el concierto fue, efectivamente, una fiesta.
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