Sin ser amante de las bandas tributo me presentaba en la Sala Barts para rememorar la recuperación de tal vez uno de los mejores discos de la historia del rock progresivo, “Foxtrot” de Genesis, que junto a “Close to the Edge” de Yes, según mi punto de vista, vienen a presentar el auge del buen rock sinfónico de los 70. Era consciente de que no me encontraría nadie de aquellos que en su día acompañaban a Peter Gabriel, pero sólo encenderse las luces de ese escenario empezó a sonar el inconfundible mellotron de “Watcher of the Skies”, la pieza que abría ese preciado disco y con ello cualquier recuerdo quedaba ya olvidado.

La puesta en escena simulaba claramente las imágenes que podíamos ver en la portada de ese larga duración llamado “Genesis Live” del 73, y con él nos adentrábamos a un escenario fantasioso mediante el desembarco de trajes y luces inhóspitas. El alter ego de Peter Gabriel se presentaba vestido de negro con esa calva simétrica afeitada en la frente, moviéndose en un escenario que parecía trasladarnos a un teatro de instituto de la época. Tal vez no sería Art Rock de pleno S.XXI, pero su habilidad teatral era utilizada igualmente en cada una de sus interpretaciones en el escenario y nos sumergía en una épica progresiva en donde la fantasía y la mitología se mezclaban hábilmente. Los chicos de The Musical Box habían hecho sus deberes y gracias al hecho de que hubieran tenido acceso con total legitimidad a las cintas originales y a las diapositivas de la época mostraban fielmente la esencia del grupo; así que no era de extrañar que en su día, tanto Peter Gabriel como Phil Collins hubieran dado el visto bueno a este grupo de canadienses.

La historia continuaría con la canción que da nombre al grupo, “The Musical Box”, la cual nos trasladaba a otro clásico, “Nursery Crime”, del primer disco en que Phil Collins tomaba el mando de la batería en el grupo. Con este segundo tema se auguraba la misma secuencia de setlist que se presentó durante la gira europea de “Foxtrot”, allí en el 73; con lo que si tal vez corto, anticipaba el retorno de cada uno de los clásicos esperados. Volvíamos con otra pieza de “Foxtrot”, “Get’em out by Friday”, canción de denuncia social, en la que Denis Gagné, líder de la banda, se servía para seguir transformando su imagen con el fin de seguir teatralizando la puesta en escena.

Finalmente llegaba el momento cumbre, pues ese “Walking across…” de esa gloriosa suite separada en siete partes empezaba a sonar, era momento de gozar de “Supper’s Ready”; pues si “Foxtrot” es algo más que un disco para Genesis, “Supper’s Ready es algo más que una canción para “Foxtrot”. Una canción en donde se debate la lucha entre el bien y el mal a través de historias futuristas; una canción en donde el virtuosismo no sólo reside a nivel individual, sino que se trata de una obra de arte estudiada de principio a fin, con un “A Flower?” esperado, con el que la gente se sirve para seguir brillando. El listón ya parecía estar demasiado alto y si uno hubiera tenido que irse a casa lo habría hecho sin rechistar, pero aún estábamos a medio concierto. Seguirían con “The Return of the Giant Hogweed” de “Nursery Crime” y la mítica “The Knife”, la única canción que recuperaban de su segundo larga duración “Trespass” y en donde los alardes de guitarras distorsionadas y batería caótica nos acercaban a seguir disfrutando de ese ruido hecho buena música. Nos quedaban aún dos joyas, “The Fountain of Salmasis” recuperada nuevamente de “Nursery Crime” y para acabar otro clásico de “Foxtrot”, “Can-Utility and the Coastliners”, en donde de nuevo el mellotron nos daba fin a una noche de recuerdo.

A pesar de conocer el setlist, pues como decía anteriormente, el mismo era una réplica de los shows ejecutados en el 73, se echó de menos la corta pero más que armónica “Horizons”, pues a pesar de que Genesis no la tocó nunca en sus conciertos, en épocas de “banda tributo”, creo que al Sr. Steve Hackett no le importaría que pudiéramos haber disfrutado de esta joya. Me iba de esa sala con la idea de que sin lugar a dudas la llamada “Época de Peter Gabriel”, fue la más creativa del grupo y por otra parte pensaba sobre el hecho de empezar a valorar más todas aquellas bandas tributos que siguen cada vez con más fuerza rodando por nuestros escenarios; pues si tal vez se trata más de una acción de ejecución y no de creatividad, las mismas nos permiten rememorar antiguas leyendas de la música. Y lo más importante, lejos de poder ver un líder o no en escena, a uno le demuestra que lo importante en el fondo es la homogeneidad del grupo, fuera del hecho de que alguien quiera levantar una bandera en nombre propio; llámesele Gabriel, Collins, Hackett…