The Dictators NYC
Sala La [2]
10/11/2015
Texto: Carlos Canales
En España siguen molando los Dictadores. No hace más de un año de su última visita y su aparición de nuevo en las tablas del Apolo 2 se saldó con una respetable afluencia. Como el propio Dick Manitoba comentaba, actualmente los USA son un páramo para el rock and roll y aquí se les sigue acogiendo con gran fervor, así que él va donde está el amor… La rotura de peras irresoluble con el alma máter y compositor principal Andy Shernoff y la ausencia parece que también definitiva del guitarrista Scott “Top Ten” Kempner desluce la postal y corta un poco el rollo a los fans de toda la vida de los neoyorquinos, pero de todas formas, a estas alturas de la película (editaron su primer disco “Go Girl Crazy” hace ya cuarenta tacos, upss…) y siendo realistas, lo que nos encontramos no es moco de pavo.
Todas estas zarandajas y cualquier atisbo crítico se esfuman cuando salen a escena los chicos y Manitoba, con su inefable vacile proto-rapero, derrochando ese carisma que solo parecen detentar ya tipos de su era o personajes de los Soprano. Es entonces cuando entras en la película, y es como cuando vuelves a ver Porky´s: te dejas llevar y disfrutas como un gorrino. Caen “The Next Big Thing”, “Cars and Girls” y suenan contagiosos, engrasados… Daniel Rey suena algo mas estándar y no dibuja las precisas figuras rítmicas de “Top Ten”, pero encaja perfectamente con Ross The Boss que sigue tocando como Dios. La fiesta se caldea con “Haircut and Attitude” y “Pussy and Money”, con la peña coreando esos hilarantes estribillos a pleno pulmón. De concierto en concierto constato que cada vez hay más gente apuntada a academias de inglés.
A todo esto, entre tema y tema, Manitoba que no para de hablar, mogollón de orgullo de NY, su hijo de once años que solo tiene oídos para Eminem, mucha exaltación de la amistad para con sus compañeros de banda, en los buenos tiempos solo pensábamos en ponernos finos, esto y lo otro… unas batallitas que ni mi suegra oiga… pero cargado de razón, pardiez.
En las palabras del amigo Manitoba es evidente el componente nostálgico, y una sonrisa agridulce se te queda en la boca cuando entusiastamente nos arenga a revivir el rock and roll a la tropa de cuarentones allí reunidos (tranquilo Dick, ¡déjalo en nuestras manos!). La introducción da paso a ese totémico himno que es “Who Will Save Rock and Roll?” y aquello se desborda. ¡Estaremos calvos pero aún rockeamos to the max, copón! Siguen con “Stay with me” y “Baby let´s Twist” y uno se pregunta por qué no son tan grandes como los Beatles o ABBA… A la hora (juraría que no más…) salen del escenario para volver y despedirse con “Kick out the Jams” de los MC5 y mandarnos a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Los tíos lo han vuelto a hacer, da gusto saber que algunas cosas nunca cambian.
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