Pau Riba, Joan Pons i Mau Boada
Sala Apolo 2
31-10-2015
Jordi Torrent
En una Barcelona inundada de falsos zombies y otros pobladores de la noche, Pau Riba, Joan Pons (El Petit de Cal Eril) i Dalmau Boada (Esperit!) presentaron en la sala 2 del Apolo un cuento de príncipes y bellas durmientes.
Pau Riba, la estrella indiscutible del trío, envejece bien. Después de un tiempo -ya remoto- en un limbo de olvido y extravío, parece que nuestra estrella local ha encontrado cierta paz personal y un mensaje: una rotunda radicalidad hippie que propicia su incombustibilidad. Pau Riba continua siendo Pau Riba y, pese a todo y contra todo, seguirá siendo quien es, mientras el cuerpo aguante.
Más que mensaje, forma de vida y de entender el mundo que lo hace entrañable, pero, sobretodo, creíble, bagaje más que notable por estos días.
Con un público algo sobrado de experiencia -aunque también se veían un montón de caras jóvenes entre el respetable que abarrotaba la sala-, desgranó un cuento de hadas con un algo mordaz y el matiz lisérgico marca de la casa, armado de una guitarra española que a veces substituía por la eléctrica compartida con Joan Pons y Dalmau Boada, quienes tanto valían para tocar con soltura la batería como para hacer sonar la guitarra eléctrica, adminículos de viento, bajo, o teclados.
Un concierto corto, todo hay que decirlo, que ni siquiera el bis de una (1) canción con que regalaron a un público con ganas de más, supo a suficiente.
Sin embargo, ver a un Pau Riba en plena forma, asistido por dos músicos de la talla de Joan Pons i Mau Boada, entregados y encantados, es siempre una buena experiencia y una mejor forma de pasar un Halloween a resguardo de zombies y otras quimeras.
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