Aunque ésta era la primera visita a Barcelona de The Wild Feathers, no era la primera vez que esta banda tejana pisaba la península. A mediados de marzo de este mismo 2014, en la primera manga de su tour de presentación de su homónimo debut, descargaban en Madrid y generaron tal entusiasmo, la cosecha de críticas fue tan positiva que, medio año después los volvíamos a tener en casa. Si no voy errado, los shows de Barcelona y Madrid han sido sus dos únicas fechas europeas de octubre; han cruzado el charco para dos únicos recitales, así que supongo que, efectivamente, The Wild Feathers se llevaron una impresión -y una remuneración- inmejorable de nuestro país.

Por mi parte, tenía muchas ganas de ver cómo defenderían en directo todas sus virtudes recogidas en los surcos de “The Wild Feathers”. Lo suyo es el rock americana o rock con toques sureños, llámalo como quieras. Vienen a mi mente nombres como Tom Petty, Neil Young, The Eagles. Quizás no inventan nada nuevo, nada que no hemos escuchado antes, pero lo hacen muy, muy bien. A las 21.30 en punto, con una sala Bikini con dos tercios del aforo (quizás les iba un poco grande, a pesar de la intensa promoción de la que gozan en la actualidad… he llegado a ver uno de sus clips en toda una radio fórmula como RAC 105 TV!), la banda salta a escena: cuatro de sus miembros colocados ordenadamente en fila horizontal (dos guitarristas eléctricos, un guitarrista acústico y bajista) con batería detrás, todos ellos listos para pasar un buen rato.

Lógicamente, como en su catálogo sólo cuentan con su disco de debut, hicieron un completo repaso a todos los temas; eso sí, sin respetar el orden de los mismos en el LP, que esto no era un show de Monster Magnet. Empezaron con fuerza con “Hard Wind” (con torrencial solo de armónica incluido), seguido de “Backwoods Company”, “American” y “If You Don’t Love Me”. En la parte intermedia, también nos regalaron una canción nueva, “Happy Again”, anticipo del próximo disco, así como dos espléndidas versiones de clasicazos como Led Zeppelin (“Hey Hey What Can I Do”) y Tom Petty (“Listen to Her Heart”).

Tres de sus miembros se alternan a los micrófonos, aportando cada uno su toque personal y es que sus temas hacen gala de mucha, mucha armonía vocal. Uno de sus broches distintivos, sin duda. Y, afortunadamente, The Wild Feathers es una de esas formaciones que ganan en directo. La potencia de su sonido crece exponencialmente y las guitarras arañan tu alma de tanta garra que le imprimen. Como ejemplo, la super rockera “The Ceiling”. El público, caliente toda la velada, respondió bailando y cantando tema tras tema, destacando especialmente la comunión lograda en ”Left My Woman”, donde el respetable coreaba la letra ante la mirada contenta de la banda. Tras un breve descanso, salieron en seguida para acabar con una revisión de la inolvidable “The Weight” de The Band. Bonita forma de finalizar una hora y cuarto escasa de concierto, aunque suficiente para dejarme un muy buen sabor de boca, creo que extensible a la mayoría de los allí presentes. Tenemos ganas de más.