Homenaje a Antonio Vega
Teatre Joventut (l'Hospitalet)
27/01/12
Texto: Benja Berbel – Fotos: Anna Sebastián
La banda habitual de músicos de Antonio Vega, formada por Ricardo Marín (guitarra y coros), Basilio Martí (teclados), Billy Villegas (bajo) y Angie Bao a la batería, rindió un homenaje muy especial con las canciones más emblemáticas del músico madrileño y acompañado de artistas invitados como Estopa, Shuarma, Rafa Pons, Dani Flaco, Chivo Chivato y Morti.
El concierto fue una fiesta, como le hubiera gustado a Antonio Vega. La voz de Ricardo Marín suena muy creíble y cercana al Maestro. La banda y el repertorio mantiene la esencia y fidelidad a las canciones más queridas por Antonio. Ellos lo saben de buena tinta porque han compartido muchas horas de carreteras, hoteles y escenarios.
Se van desgranando esos mensajes que se nos han ido clavando en algún sitio durante tanto tiempo. No le tengo miedo al tiempo que se va, en ‘Háblame a los ojos’. Pasó tanta gente por delante que nadie me vio (Esperando nada). Y que ahora queda recordar (‘Estaciones’). Estopa son los primeros invitados de la noche. Han venido expresamente de Madrid donde ensayan para su inminente gira. Eligen la canción más sublime en la obra de Antonio, ‘El sitio de mi recreo’ (volveré a ese lugar donde nací).
El público participa y ‘Se dejaba llevar’ en una noche donde la genialidad y magia de sus canciones volvían a sonar. No en vano, fue el día en que escuché su voz cuando la música cobró otro sentido. El ‘Elixir de juventud’ lo pone Shuarma con una interpretación magistral. La vida de Antonio era esa canción donde “para morir, viví, muero por estar vivo” (‘A medio camino’, en la voz de Morti).
'Atrás’ queda la primera etapa de Nacha Pop, en la voz de Rafa Pons. Se suceden los ‘Tesoros’, con Dani Flaco y la descomunal ‘Lucha de Gigantes’ (Chivo Chivato). La intensidad del concierto va llegando a su cumbre en ‘La última montaña’ donde se recrean los cuatro magníficos músicos. Y es que ‘Lo mejor de nuestra vida’ es haber podido conocer la música de Antonio Vega.
Nada mejor que cerrar el concierto con los habituales clásicos ‘Una décima de segundo’ (es la forma del círculo sin fin) y, con los invitados de la noche, la mítica ‘Chica de ayer’, que pone de manifiesto la influencia de la obra de Antonio Vega no sólo en sus seguidores sino también en los músicos cada vez que se suben a un escenario.
Basilio Martí, el que más cerca estuvo de Antonio, nos dice que él estaría orgulloso de todos nosotros y que sigamos recordándole toda la vida. La camiseta del propio Basilio con la foto de Antonio lo resume todo: Irrepetible.
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