Doble cartel de lo más curioso con dos grupos con propuestas totalmente diferente a pesar de que los americanos siempre sintieron devoción por la banda de Phil Lynnot.

Desde la separación de Thin Lizzy a principios de los ´80 y tras la muerte de Lynnot, era difícil pensar en algún sustituto de su categoría, sin embargo muchas han sido las distintas formaciones que han querido rendirle tributo, siempre con el guitarra Scott Gorham al frente. Esta última es quizá la más sorprendente, ya que por primera vez la banda cuenta con seis componentes, todos con cierta relevancia y tres de ellos estuvieron en la banda junto a Phil Lynnot; Brian Downey a la batería, Darren Wharton a los teclados y el anteriormente citado Scott Gorham. Ocupando el bajo tenemos de nuevo a Marco Mendoza, que sigue en la banda desde su regreso en 1999, Vivian Campbell, actual guitarra de Def Leppard y Ricky Warwick (The Almighty) a las voces y ocasional guitarra completan el combo.

Muchas voces reticentes han repudiado este proyecto sin la presencia del carismático líder en sus filas, pero en una época en la que los grupos tributo están a la orden del día y algunos con más éxito que bandas originales, es muy lícito un proyecto así y más con el currículo que aporta cada uno. Por encima de todo está la música que es realmente lo importante y así lo demostró la banda y la audiencia en una entrega total, coreando los temas sin descanso. Citar el set list de esta noche es como visitar su “Live and Dangerous”, el cual tocaron casi completo con las oportunas modificaciones, y un pequeño repaso a esa joya llamada “Black Rose”, probablemente su mejor álbum.

En cuanto a Supersuckers, no se si fue por culpa de ser telonero y no disponer del tiempo para completar el show, estuvieron muy, muy fríos, y es que Eddie Spaghetti y los suyos parecen estar en horas bajas, tanto discográficamente como en directo, y así lo demostraron con una actuación que a pesar de estar llena de clásicos fue de lo más tediosa.