¿Qué se podría decir de Saxon que no sepamos ya todos? Son una de las bandas clásicas en el heavy metal, su discografía está plagada de himnos, han sido clara influencia de muchas otros grupos y llevan nada más y nada menos que treinta años en la carretera, con dieciocho álbumes editados. En esta ocasión, vinieron a recuperar dos fechas que fueron anuladas en el mes de marzo en su gira conjunta con Iced Earth y a celebrar con su nosotros su treinta aniversario y la presentación de su nuevo trabajo “Into the Labyrinth”.

Hacía tiempo que no se veía tal congregación de “heavys” haciendo cola para entrar en algún concierto. Últimamente, exceptuando conciertos multitudinarios como el de AC/DC, el ambiente pre y post bolo solía ser algo triste. Pero la ocasión valió la pena y todos desempolvaron sus camisetas de Saxon, sus pantalones pitillo y sus cinturones de tachuelas.

Sin teloneros, unos Saxon incansables aparecieron sobre el escenario algo más tarde de lo previsto, con un público que empezaba a estar algo inquieto por la espera. Es increíble como después de tantos años en este negocio sigan con tantas ganas como el primer día. Saxon son el grupo comodín de muchísimos festivales y en todo y cada uno de ellos tocan hasta cansarse (siempre suelen alargar su set) y a las horas más intempestuosas posibles…y no por eso lo hacen de mala gana, sino todo lo contrario, saben que tienen un público fiel que les respalda y que esperan su actuación con ansias de divertirse.

“Battalions of Steel” fue la encargada de abrir la veda de las siguientes dos horas y diecinueve temas de diversión asegurada. “Heavy Metal Thunder” puso al público de patas arriba por primera vez en la noche para seguir con “Demon Sweeney Tood” y “Valley of the Kings” igualmente coreadas pese a ser nuevas. El setlist repasó la mitad de su discografía sin olvidar ninguno de sus clásicos “Never Surrender”, “Crusader” que se hizo de rogar ya antes tocaba un tema lento, bromeó Biff, para dar paso a la atronadora “Motorcycle Man”, “Denim and Leather”, “Wheels of Steel” o “Princess of the Night” augurio del fin del concierto. Aunque también nos deparó alguna que otra sorpresa como la recuperada del olvido “Rock n’ Roll Gypsy” y alguna petición del público.

Gran concierto y gran puesta en escena de su último trabajo, el cual cobró mucha importancia en el setlist, ocupando cuatro temas, además de “The Letter” una intro narrada por Biff. Grandes músicos todos ellos, el inagotable Biff el cual no decepciona vocalmente hablando (para que luego excusen a otros por la edad), invisible Nigel Glockler detrás de su imponente kit de batería, increíbles aunque más discretos Paul Quinn y Doug Scarrat y fiestero Nibbs Carter. Y un ambiente de concierto de heavy metal en toda regla, con coros, sudor y empujones.