La sala BeCool medio llena acogió el jueves 27 de marzo uno de los eventos hardcore màs esperados de los últimos tiempos: Blag Dahlia y He Who Cannot Be Named (el que no puede ser nombrado) aterrizaron en Barcelona para ofrecernos con sus Dwarves un espectáculo crudo y divertido a la vez. Un público variado, en el que no faltaban veteranos, disfrutó de una banda que, por su actitud y discografía, ya es considerada como un clásico del punk.

La salida del grupo fue ya por si sola deslumbrante: sin teloneros (no hacían falta) y con su look entre el agresivo y el ridículo, los cinco Enanos conectaron enseguida con un publico entregadísimo y empezaron a ofrecer perlas de su amplísima discográfica (alrededor de 10 LP’s más varios Ep’s y recopilatorios). A los cinco minutos, el escenario de BeCool ya se había quedado pequeño para Blag Dahlia, el eterno cantante del grupo, que empezó a lanzarse sobre el personal, dejándose balancear entre manos y cabezas en una fiesta hardcore que ya no terminaría hasta el ultimo riff.

Al puro estilo punk, The Dwarves estuvieron en el escenario 40 minutos o poco más, recorriendo todo su repertorio con temas como “Let’s fuck”, “You gotta Burn”, “Astroboy” y “We must have blood”, encadenadas con muchas otras para dejar el publico sin respiro hasta que nos pusiésemos chulísimos coreando estar liados con las chicas de cualquiera (“Everybody’s Girl”). La banda impresionó por la potencia de su sonido: rápido, sucio y guiado por la rítmica de un batería muy contundente.

La noche dejó sin duda entre los asistentes la sensación de haber asistido a un espectáculo muy nervioso y divertido a la vez, resumida en la imagen del guitarra He Who Cannot Be Named, solo cubierto de un cinturón sadomaso y de su característica mascara de luchador mejicano: el músico, dado por muerto hace un tiempo a causa de una broma colectiva de la band, animaba a los continuos stage divings y rozaba los objetivos de las cámaras con su guitarra. Fue también la cercanía que The Dwarves mantuvieron con el publico la que transformó el concierto en un evento para no olvidar.

Aunque The Dwarves Must Die (los Dwarves deben morir), los años para ellos parecen no pasar.