Aunque los sábados a la hora del fútbol no es el mejor momento para los conciertos, a los tres artistas de Nashville, no les importó y nos dejaron buena música y canciones para recordar.

Jason Ringerberg es uno de los mejores representantes de la explosión del nuevo rock americano de principios de los años 80 con su grupo Jason and The Scorchers. Él fue el primero en aparecer en escena, sólo con una guitarra y con ganas de diversión. Empezó a explicar historias y chistes a las 50 personas reunidas en el Sidecar. Ringerberg ahora se gana mejor la vida con su alter-ego “Farmer Jason” que hace canciones infantiles con gran éxito en los USA. También habló y homenajeó con canciones a gente como Jeffrey Lee Pierce y Gun Club, tocando una conmovedora “Mother of Earth” o Phil Ochs y su clásica canción contra la guerra del Vietnam “White Boots marching on a yellow land”.No faltaron otros clásicos de su repertorio como “A bible and a gun”, “Blanket of sorrow” , “Pray for me mama, I’m a gipsy now”.

Mark Stuart salió entonces, también con guitarra, para acompañarle en dos canciones clásicas de Jason and the Scorchers: su versión incendiaria del “Absolutely sweet Marie” de Dylan y “Broken whisky glass”.

Jason, Mark Stuart y Stacey Earle forman parte de la parte menos clásica de Nashville. La más protestona e izquierdosa. Ringenberger llevaba una pegatina OBAMA en su guitarra y Stacey una camiseta también del candidato demócrata. Mark cantó una canción que definió como la historia de su vida llamada “Left of Nashville” en que había frases como “…estos cowboys de neón nunca me entenderán…”.

Stacey Earle, hermana de Steve Earle – en cuya banda tocaron ambos muchos años- tiene una voz especial y muy bonita. Hizo una cosa que no había visto nunca: salir a tocar con su guitarra, sin micro, entre el público e ir mirando a los ojos de la gente. Fue impresionante y poco corriente.