Demasiadas alusiones a su último trabajo, mucho parloteo entre tema y tema y una duración de apenas una hora y cinco minutos; Así podría resumirse el concierto de los Backyard Babies el pasado fin de semana en Barcelona. Aunque cabe añadir el aluvión de gente atiró este evento, ya que no cabía ni un alfiler en Bikini. Una pena que quedara algo deslucido por un desgañitado Dregen y por la caída en el olvido de algunos temas míticos del "Total 13" y de "Making Enemies is good".

El setlist, compuesto en su gran mayoría por temas de su último trabajo apodado como ellos “Backyard Babies” sufrió carencias relevantes a mi parecer, aunque parte del público estaba completamente espídica como si del mejor concierto de sus vidas se tratase. Otra cosa no tendrán, pero sus fans acérrimos vuelven año tras año, pese a que los murmullos de la multitud manifiestan cierta decepción concierto tras concierto.

El show comenzó con dos nuevas canciones, “The Ship” y “Come Undone” con la sala completamente a oscuras y los miembros de la banda de espaldas al público. Entre los temas elegidos, a destacar el single, con título claro y conciso, de su último álbum “Fuck off and die”, la célebre “Brand New Hate” de “Making Enemies is good” y dos de “Total 13” con las que cerraron el show, “Highlights” y “Made me a mad man”.

Una pena, que desaprovecharan el poco tiempo que estuvieron en el escenario en parlotear y hacer poses punks-sleazys en lugar de rememorar algunos de los éxitos que les convirtieron en una de las bandas que formaron parte del resurgir del hard rock escandinavo.