Critica del concierto de Travis en Espacio Movistar (Barcelona) el 12 de Junio de 2007 - AtizaLa mas completa agenda de conciertos y bares, asi como la biografia y discografia de los principales grupos que tocan en Barcelona.
    

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Travis
Espacio Movistar
12/06/2007

Texto y fotos: Tatiana Moret
Foto: Rockimprès

La banda de Glasgow se marcó una entrada triunfal en el recinto del espacio Movistar. Con la popular melodía de la banda sonora del film “Rocky” como fondo, atravesaron la sala y subieron al escenario. Y como los cánones mandan, hicieron cuatro precalentamientos al estilo boxeador ante la risa cómplice del público.

Empezaron fuerte, con “Selfish Jean”, uno de los temas más cañeros de su último disco “The Boy With No Name” (2007), que puso al numeroso público a punto para lo que se avecinaba. Y es que Travis tienen mucho que ofrecer musicalmente. Esta banda formada por Fran Healy (compositor y vocalista), Andy Gunlop (guitarra), Neil Primrose (batería) y Douglas Payne (bajo) lleva más de una década en la palestra. Con cuatro discos más a sus espaldas, ha sido la máxima inspiración de bandas como Coldplay o Keane. Su britpop de melodías sencillas, suaves y con tintes folk les hizo merecedores en dos ocasiones del premio Brit Awards. Pero es su modestia (adjetivo difícil de atribuir a muchas bandas a día de hoy) lo que les da su autenticidad.

Obsequiaron a un numeroso público con un buen repaso a su discografía. Mezclaron temas como “My Eyes”, “Closer” o “Battleships” de su último disco, junto con antiguos temas como “Driftwood”, “Sing”, o “Turn” de “The Man Who” (1999). Y ocasionaron situaciones de todo tipo. Desde el “momento hippy” de Healy a la guitarra acústica con toda la banda haciéndole corrillo en el tema “Flowers”, hasta el instante rockero del guitarra Andy Gunlop, que se tiró del escenario y se dejó llevar por la marea del público durante el tema “All I Wanna Do Is Rock”.

Pero el gran momentazo lo dejaron para los últimos minutos con su aclamado tema “Why Does It Always Rain On me?”. Fran Healy pidió que todos y cada uno de los presentes no dejaran de saltar durante el estribillo de la canción. Y fue así es como el auditorio se convirtió en una nube (eso sí, sin lluvia) que subía y bajaba al unísono. Un final que dejó al público después de una hora y media con un sabor alegre y melancólico a la vez, un sabor como el que desprende esta banda y que de seguro seguirá desprendiendo con el paso de los años.

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Foto: Rockimprès