Ya se lo que es vivir en una nube. He tocado el cielo, pero ellos, Tesla, se lo han ganado con todo el derecho del mundo. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un concierto y es que el regreso de los americanos les ha sentado fenomenal. “Into the now”, su disco del 2004, ya se ha convertido en un nuevo clásico y no digamos nada de “Real to reel” su maravilloso disco de versiones ajenas que ha dejado a todos sus seguidores más que satisfechos.

Desde la salida al escenario con “Cumin´ atcha live”, ya se veía que aquello iba a ser grande y es que con un público tan entregado como el de esta noche era imposible que nada pudiera fallar. Un repertorio de lujo que repasa toda su discografia, (impresionante “Paradise”) y todo el mundo con la incertidumbre de si harían alguna versión y cual sería, para de sopetón como segundo plato de la noche, un fenomenal “War pigs” coreado por el respetable que no cesó de vocear hasta salir de la sala.

Jeff Keith, pletórico, divertido, juguetón, disfrutó de lo lindo, Frank Hannon a pesar de esos ridículos pantalones se adueñó del escenario y dejó bien claro quien es el jefe, Brian Wheat comenzó algo frio pero rápido entró en calor y se unió a la fiesta, Troy Luccketta segurísimo con sus tambores y Dave Rude, el nuevo guitarra que sustituye al gran Tommy Skeoch, posee una gran técnica pero se mostró algo soso.

A pesar de poder escuchar un set list de ensueño, todo el mundo quería más y es que cada canción de Tesla es un pequeño tesoro, por lo cual si el show se hubiese alargado una o dos horas más nadie se hubiera aburrido ya que el show no tuvo ni un bajón. Al contrario. Las primeras notas de “Rock bottom” volvieron a enloquecer al personal.

Por fin la herida que teníamos todos, ante la accidentada actuación en aquella su primera y única actuación en Barcelona en el Monsters of Rock, se ha curado y estoy seguro que alguno de los que aquel día arruinó la actuación se encontraba ante sus victimas pasando desapercibido. Lástima que no supimos quien.