Los australianos Rose Tattoo siempre vivieron a la sombra de AC/DC, se convirtieron en los eternos segundones y así será hasta el fin de los días pues alcanzar a los hermanos Young y los suyos es tarea imposible. De nuevo en nuestros escenarios y de nuevo pinchazo de público. No había mal ambiente pero deberían haber abarrotado la sala. Y me pregunto, ¿dónde están los miles de seguidores de Angus y compañía? ¿Acaso nadie los conoce? Pues para todos ellos, ya deberían echarles un ojo que no les defraudarán.

Presentaban su nuevo disco, “Blood brothers”, pero eso era lo de menos, porque sabíamos que harían un repaso por su discografía y así fue. Angry Anderson, cantante y Robin Riley, guitarra, como únicos supervivientes, pudieron brindar un bonito homenaje al otro guitarra, Peter Wells, fallecido recientemente. Desde el principio hasta el final, la actitud rockera se adueñó de la sala con unas canciones que son himnos: “Rock n´ roll outlaw”, “Rock n´ roll is king”, “Remedy”, “One of the boys”, “The butcher & fast Eddy”, “Nice boys”...Un show de esos que saben a poco, de esos que te gustaría que no acabaran nunca.