Ya es la segunda vez que Whitesnake viene a España con el tour “In the Still of the Night” desde su vuelta a los escenarios. Esta vez nos han brindado cuatro oportunidades para disfrutar de su directo: Madrid, los festivales Lorca Rock (Murcia) y Monsters of Rock (Zaragoza) y en último lugar, Barcelona. Como artista invitado, Ñu, un grupo heavy español que cuenta con 30 años de experiencia sobre los escenarios a manos de su frontman y alma del grupo, José Carlos Molina.

A las nueve en punto salió Ñu a escena con una sala bastante llena pero poco entregada. Después de unos cuantos temas, J.C.Molina tuvo que recordar a los presentes que ellos también tenían derecho a un poco de atención, que comprendían perfectamente que la gente estuviera impaciente por ver a la “Serpiente Blanca” pero que ellos eran del mismo país que todos nosotros y llevaban ya muchos años de trayectoria…así que sólo por eso, se merecían un mínimo respeto. En temas cómo “Animales Sueltos” o el mítico “El tren” acompañados por su inseparable flauta, el público reaccionó e incluso coreó.

Media hora más de espera, y el show empezó con su ya característico grito de guerra “Here’s a Song for yaaaaa!!!” seguido de “Burn”. Las sospechas sobre los problemas de garganta de Coverdale se confirmaron, aunque según fuentes cercanas estuvo mucho más correcto que en Zaragoza, ya que ahí no podía ni presentar a sus músicos. Pese a este “pequeño” inconveniente hay que remarcar que tanto el setlist como el show fueron muy buenos, como en la última gira pero con la diferencia que en el 2004 David estaba pletórico. Sonaron temas míticos, algunos cañeros como “Fool for your Loving” o “Crying in the Rain” y otros de mecherito como “Is this Love” que acompañado de una sonrisa profident y los característicos movimientos pélvicos del cantante, sirvió para ablandar el corazoncito del heavy más duro.

A Coverdale le tocaba reposar las cuerdas vocales, así que llegó el momento de los solos a manos del guitarrista Doug Aldrich que como es de costumbre dejó a más de uno boquiabierto. En este mismo solo también intervinieron el segundo guitarrista, Red Beach y el recién estrenado bajista, Uriah Duffy, un jovencito guaperas que no le llega ni a la suela de los zapatos (musicalmente hablando) al ex–Whitesnake, Marco Mendoza, un mercenario que ha intervenido en bandas tan míticas como Thin Lizzy. Y después de tanto guitarreo, el también usual solo de “Tommy Aldridge on the drums!”, primeramente con las baquetas y después para hacerlo más espectacular, con sus propias manos. El sexto en discordia, el teclista Timothy Drury, siempre en segundo plano y a la sombra de todos los demás. Al fin, volvió Coverdale al escenario, con camisa limpia y mejor cara. Se acercaba el final de show y pese a todos los esfuerzos, canción tras canción su voz menguaba aunque pudo contar con la ayuda del público en “Ain’t no Love in the Heart of the City” y “Give me all your Love” dos de los estribillos más coreados de la noche aunque sin poder desbancar a la archiconocida “Here I go Again”, “la canción” por excelencia de Whitesnake.

En los bises, topamos con dos temas de los más “duros” de toda su discografía, “Bad Boys” y el que da nombre a su gira “Still of the Night” con un Coverdale más que agotado, con la voz muy ronca y variando la canción para no tener que gritar en exceso, provocando que los pocos agudos que hubo estuvieran alargados y repetidos desde la mesa de sonido. Pese a sus ganas de volver a entregarse en cuerpo y alma para “venerar” a la banda que le dio renombre, quizás David debería plantearse reposar la garganta una temporada para así poder volver a deleitarnos como lo ha hecho hasta el presente.