Concierto espectacular de Luz Casal en el Palau de la Música con las entradas agotadas desde hacía una semana, lo que ha motivado un nuevo concierto para el día 24.

Con el último recopilatorio en el mercado, ‘Pequeños, medianos y grandes éxitos’, y todavía reciente su último trabajo de estudio, ‘Sencilla alegría’ (2004), Luz hizo repaso a sus 25 años de carrera, en un concierto memorable de dos horas y media de duración, dividido en dos partes: una más acústica donde Luz Casal mostró su lado más romántico, con canciones como ‘No me importa nada’ o ‘Piensa en mí’ y otra donde mostró la rockera que lleva dentro, que caracterizó sus inicios musicales, con temas como ‘Rufino’ y ‘Loca’.

Luz se mostró en todo momento comunicativa, divertida, con una voz prodigiosa, rica en registros y matices, pero sobre todo en su capacidad de llegar al público, arropada con una excelente banda, con músicos como John Parsons (guitarra) y Tino di Geraldo (cajón y batería ).

Acordes de piano para abrir el concierto con ‘Una décima de segundo’, un tema de Antonio Vega, que actuaría dos días más tarde en el mismo recinto. Ya con toda la banda, le siguen ‘Octubre’ y ‘Mi confianza’, donde agradece la confianza depositada en ella desde hace muchos años y espera hacer un concierto “sino memorable, casi”.

Le suceden baladas que, una década después, siguen calando muy hondo: ‘Entre mis recuerdos’ y ‘No me importa nada’, dedicada a las mujeres “esta canción va para vosotras”; otras más recientes, como ‘Sentir’, ‘Ecos’ del 11-M, que ya puede evitar llorar, al cantarla con una cierta distancia, o ‘Dame un beso’.

Luz recupera el pop pegadizo en ‘Un nuevo día brillará’, donde anima al público a cantar: “Quiero ver el rojo del amanecer, un nuevo día brillará, se llevará la soledad”.

Nos acercamos al ecuador del concierto con las ovacionadas ‘Negra sombra’ -basada en un poema de Rosalía de Castro e interpretado tal y como se compuso, en gallego- y ‘Piensa en mí’, que Amenábar y Almodóvar popularizaron en sus películas Mar adentro y Tacones lejanos, respectivamente.

En la segunda parte del concierto, tras quince minutos de descanso, Luz cambia el vestido y los tacones por un espíritu más roquero: ‘Hechizado’, ‘A cada paso’, ‘Rufino’, ‘Loca’, ‘Vengo del norte’, y recupera ‘Te dejé marchar’, tras seis años sin tocarla.

Se van sucediendo clásicos como ‘Besaré el suelo’, ‘Un pedazo de cielo’ o ‘Un año de amor’, con temas actuales, ‘Sencilla alegría’.

Sabe cautivar y ganarse aún más el corazón de los catalanes con ‘Es por ti’ -estribillo en catalán-, adaptado del Boig per tu, de Sau.

En el último tramo, hace una particular versión, a ritmo reggae, de ‘Tu frialdad’, en homenaje a Triana. Y un final apoteósico en ‘No te vayas’ para cerrar un concierto inolvidable.