Tras una primera visita el mes de abril de la banda holandesa Within Temptation, el público pudo volver a disfrutar del metal-gótico el pasado 4 de Julio en la sala Razzmataz. La sala estuvo bastante llena pero sin llegar a crear un ambiente agobiante. El público era más bien joven y devotos del estilo y la vestimenta gótica.

Tras una hora de espera con tan solo “hilo musical”, se apagaron las luces y sonó una intro en la que sólo se apreciaba la voz de Sharon den Adel, la vocalista del grupo. Cayó el telón negro con el símbolo del grupo y empezó a sonar “See who I am”. Pese a no ser un escenario de grandes dimensiones, al fondo, había dos columnas trepadas por enredaderas, al igual que la batería de Stephen Van Haestregt.

Después de la intro y unas cuantas canciones, básicamente, de sus dos últimos álbumes, Robert Westerholt, creador del grupo junto a Sharon, saludó al público y dio las gracias a los organizadores, todo ello en un castellano bastante claro. Se nota que él es el portavoz del grupo, ya que Sharon se mostró más bien tímida y respondió a los múltiples piropos del público con una leve sonrisa y un gracias entre dientes. Los demás integrantes del grupo, el bajista Jeroen Van Veen, el teclista Matijn Spierenburg y el segundo guitarrista Ruud Jolie también se simpatizaron con el público, aunque Jolie fue el favorito del sector femenino.

Sonaron temas como “Stand my ground”, “Angels”, “The promise” y “Forsaken” que dieron paso a otros temas más tranquilos, como “Memories” en el que incluso se prescindió de algunos de los componentes, cobrando así la voz de Sharon total protagonismo, y como viene siendo habitual no faltó la versión del conocido tema “Running up the hill” de Kate Bush.

Después de unos escasos tres cuartos de hora los músicos desaparecieron de escena, volviendo a los pocos minutos vitoreados por el público, llegaban los bises con “Deceiver of fools” y el tema más esperado, “Ice Queen”. A eso de las once y media, se disculparon por no tener más tiempo y marcharon con un gran aplauso.

El concierto duró apenas sesenta minutos, si hubiesen empezado a la hora prevista hubiesen tenido más tiempo para dedicar a sus fans? Pese a todo, el público pareció satisfecho. La fantástica voz y los bailes de Sharon, las bromas y los vaivenes de los músicos sobre el escenario supieron meterse al público en el bolsillo.