Siempre es bueno que haya nueva savia en el rock y que aparezcan nuevas bandas intentando que no se apague la llama, pero creo que también es injusto, que aquellas bandas que lo comenzaron todo y encendieron dicha llama, ahora casi no puedan competir contra ellas, al menos en lo que a popularidad se refiere, porque sobre el escenario no hay color.

El poder de convocatoria de Obús deja mucho que desear y a pesar de que la sala tenía buen aspecto, se me antoja que podrían conseguir más público con algo más de publicidad. Y es que se lo merecen. Los que sí estuvimos pudimos presenciar un bonito y divertido show de rock and roll metálico, como a mí siempre me gustó calificar a los madrileños.

Se les nota los años, pero aun así rockean como "El que más", uno de los discos esenciales para comprender lo que significó el metal en nuestro país. "Dinero, dinero", "Prepárate", "Pesadilla nuclear", "Dame amor", "Vamos muy bien", "Autopista"... formaron parte de la juventud de media España, esa que ahora ronda los cuarenta o más y que aún se extrañan de que todavía sigan pateándose los escenarios.

"Hasta el alma empeñaré", cantaban hace 20 años, y seguro que lo hicieron porque están en una forma envidiable. Fortu sigue demostrando el gran frontman que ha sido siempre y su voz sigue rugiendo como el primer día. Fernando fue presentado como el mejor batería del país, Francisco imparable a las seis cuerdas y como bajista, Nacho García, un joven que desde el mes pasado ocupa la vacante dejada por Juan Luis.

Para terminar, fin de fiesta con "Esta ronda la paga Obús", con el escenario lleno de seguidores cantando y saltando, dejando latente que sus fans es lo más importante para una banda que ya lo ha dicho todo y que no tiene nada que demostrar, pero que solo viven para el rock and roll. Ya estamos esperando que vuelva a estallar el Obús de nuevo.