Demostrado ha quedado que Mother Superior son una de las bandas más en forma de la actualidad. Su impecable discografía se complementa perfectamente con su apabullante directo, gracias a una maestría, simple pero efectista, que los eleva a la categoría de supergrupo, y es que me atrevería a decir que son la reencarnación de Cream o Trapeze, bandas con las que tienen muchos paralelismos, obviamente dejando de lado el que las tres sean un trio.

Tanto las armonías vocales, como la vertiente funky-soul, nos hace pensar en la banda de Glenn Hughes, con un Marcus Blake que podría pasar por el hermano pequeño de éste, y la furia alternada con los pasajes más suaves, sumada a los largos desarrollos instrumentales, podría ser una clara evolución en el tiempo de Clapton, Bruce y Baker.

Lo importante es que se lo pasan bien sobre las tablas, (genial y divertida la versión pseudo country de “Ring of fire” cantada por el batería), y que en ocho años hayan conseguido sacar a la calle siete discos, lo cual nos muestra lo prolíficos que son componiendo, dejando a parte las múltiples colaboraciones con otros músicos, tanto en estudio como en directo.