Son unos currantes incansables. No solo nos ofrecen un álbum con su correspondiente gira cada año, sino que además tienen proyectos en solitario o con otras bandas hermanas. Tambien es cierto que cambian de componentes como de chaqueta y que desde la espantada de Stevie Klasson y Stefan Björk, Diamond Dogs ya no es lo mismo, al menos en directo, pues sus discos siguen siendo fantásticos.

Esta vez una grabación compartida con Jeff Dahl, “Atlantic crossover”, fue motivo para esta nueva gira, en la cual han pasado a sexteto de nuevo, perdiendo la fuerza de una guitarra que desgraciadamente se hizo notar dejando en el aire algunas lagunas más que considerables. Ya no están en la banda los dos Hellacopters, Boba Fett, ni Robert Dahlqvist, que les acompañó en la anterior gira, pero aun así podemos decir que esta noche sonaron mucho mejor que aquella última vez con aquel sonido infernal por parte de la guitarra de Dahlqvist, que apagaba al resto de instrumentos. En esta ocasión sí pudimos disfrutar del sonido del saxofón, que les proporciona un toque más bluesy y setentero si cabe.

Como ya he dicho, la falta de una guitarra se hizo notar a lo largo de las actuación, pero la maestría del teclista Henrik Widen y sobre todo de ese monstruo de las baquetas, Jesper Karlsson, sumado al buen rollo comunicativo de todo el grupo, hizo pasar un rato divertido al público en un show más entretenido que inolvidable.