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LUIS DELROTO (Rock / Acústic)
22:00h. ENTRADA: 5 euros.
La Historia no existe, sólo tenemos biografías, y para escribir la de Luis DelRoto (Madrid, 1985) hace falta instinto, sólo así se podrá trazar su mapa vital, revelar un retrato que huele a calle, a largos paseos, a noches de fiebre y a días de luz feroz.
Como remedio a un desamor se agarró a la guitarra, aprendiéndola a tocar entre la arena, la brisa y la música de las olas de Alcoceber. Como era de esperar no consiguió curarse, pero aprendió a hacer sonar su dolor, a hacer bailar a su tristeza. Aprendizaje que le acompañó, y mejor compañía no se me ocurre, en su salida de la niñez, en la entrada en los bares y en el encuentro con jóvenes marcados por la misma herida, ésa que hace musicar y versificar todo lo que te cruza. Y de esos encuentros nacieron los primeros proyectos musicales, las primeras experiencias dentro de una banda. Ensayos por la mañana, resacas aderezadas con canciones todavía tiernas, letras borrosas... Pero así es como el taller se inaugura, como debe comenzar todo aprendiz. Y al calor de estos primeros pasos maduró el espíritu hasta llegar a un proyecto serio: Los Incoherentes. Un grupo bien conformado cuya herencia musical se puede encontrar en la red. Pero en todo comienzo, de alguna manera, ya está sembrado el final y cada uno hizo lo que tenía que hacer: seguir su propio camino. Luis se retiró a sí y comenzó a hilar las primeras canciones en solitario.
Los ingredientes de su fórmula se pueden enumerar: Dylan, Henry Miller, Van Gogh, la poesía de la Generación Beat, Dostoievsky, música negra... pero con ellos no decimos mucho, porque lo que de verdad importa es la reacción que han hecho al entrar en contacto con su alma, con su clima vital, y, lo que aún es más decisivo, la posterior destilación en canciones; y esto es un secreto que ni el propio artista conoce.
¿Y el futuro? Ése perro llega solo y depende de lo que hacemos con nuestro presente. ¿Y el azar? Hay que dejar poco en sus manos, y esto es algo que Luis DelRoto parece saber, basta con oír sus canciones: nadie tiene tantas papeletas para que le encuentre el reconocimiento.
22:00h. ENTRADA: 5 euros.
La Historia no existe, sólo tenemos biografías, y para escribir la de Luis DelRoto (Madrid, 1985) hace falta instinto, sólo así se podrá trazar su mapa vital, revelar un retrato que huele a calle, a largos paseos, a noches de fiebre y a días de luz feroz.
Como remedio a un desamor se agarró a la guitarra, aprendiéndola a tocar entre la arena, la brisa y la música de las olas de Alcoceber. Como era de esperar no consiguió curarse, pero aprendió a hacer sonar su dolor, a hacer bailar a su tristeza. Aprendizaje que le acompañó, y mejor compañía no se me ocurre, en su salida de la niñez, en la entrada en los bares y en el encuentro con jóvenes marcados por la misma herida, ésa que hace musicar y versificar todo lo que te cruza. Y de esos encuentros nacieron los primeros proyectos musicales, las primeras experiencias dentro de una banda. Ensayos por la mañana, resacas aderezadas con canciones todavía tiernas, letras borrosas... Pero así es como el taller se inaugura, como debe comenzar todo aprendiz. Y al calor de estos primeros pasos maduró el espíritu hasta llegar a un proyecto serio: Los Incoherentes. Un grupo bien conformado cuya herencia musical se puede encontrar en la red. Pero en todo comienzo, de alguna manera, ya está sembrado el final y cada uno hizo lo que tenía que hacer: seguir su propio camino. Luis se retiró a sí y comenzó a hilar las primeras canciones en solitario.
Los ingredientes de su fórmula se pueden enumerar: Dylan, Henry Miller, Van Gogh, la poesía de la Generación Beat, Dostoievsky, música negra... pero con ellos no decimos mucho, porque lo que de verdad importa es la reacción que han hecho al entrar en contacto con su alma, con su clima vital, y, lo que aún es más decisivo, la posterior destilación en canciones; y esto es un secreto que ni el propio artista conoce.
¿Y el futuro? Ése perro llega solo y depende de lo que hacemos con nuestro presente. ¿Y el azar? Hay que dejar poco en sus manos, y esto es algo que Luis DelRoto parece saber, basta con oír sus canciones: nadie tiene tantas papeletas para que le encuentre el reconocimiento.
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