JD MCPHERSON
21:00h. ENTRADA: 12 euros.
No hay página especializada en la que Signs & Signifiers no figure como el disco del año. JD McPherson ha dado con la formula mágica del Rock'n'Roll, consiguiendo aquello a lo que aspiran revivalistas como Nick Curran, James Hunter o Darrel Higham. Su viaje en el tiempo no es ciencia-ficción, es real. El secreto está en Chicago, en el estudio de Hi-Style Records. Allí, entre joyas perfectamente conservadas de la era analógica, hay una grabadora Reblant que ha hecho posible el prodigio. Y quien la maneja con manos expertas no es otro que Jimmy Sutton, oficiando como productor y contrabajista, junto al batería Alex Hall, que se ha encargado además de las mezclas. El auténtico sonido de los años 50 que ha obtenido no se parece a lo que estos dos músicos han hecho anteriormente en sus respectivos grupos Four Charms y The Modern Sounds, por lo que nadie puede dudar de que JD McPherson es quien dota de personalidad propia a esta atemporal obra maestra, confirmando así las mejores expectativas apuntadas en su etapa al frente de los Starkweather Boys.
Conceptualmente, el título del disco se refiere al verdadero significado del Rock'n'roll, porque medio siglo después de su nacimiento ya va siendo hora de estudiar el fenómeno como se merece. El chico de Oklahoma no es ningún paleto, y se ve que ha estudiado semiología y a Roland Barthes. Musicalmente, el tema "Signs & Signifiers", que da título al CD, es puro Bo Diddley. La influencia negrísima del Blues de Chicago flota en el ambiente, sobre todo en el homenaje a Howlin' Wolf "Wolf Teeth", o también en "I Can't Complain", que nos devuelve a Elmore James. Y de ahí a Little Richard, en quien se transforma JD cuando canta "Fire Bug" o "Scandalous", de la misma manera que Jackie Wilson se apodera de su alma en el tremendo corte inicial "North Side Gal". En "Scratching Cricles" es el mismísimo Bunker Hill quien le posee, y en "A Gentle Awakening" nada menos que Screamin' Jay Hawkins y los fantasmas de la inundada Nueva Orleans. El decálogo de composiciones de JD McPherson se completa con sendos pildorazos a lo Chuck Berry: "Dimes for Nickels" y "B.G.M.O.S.R.N.R." A la pletórica docena se llega con dos únicas versiones, que son el "Country Boy" de Tini Kennedy y el "Your Love..." de los Bellfuries de Joey Simeone, el único blanco entre tanta influencia negra. Está claro que la voz de JD McPherson tiene el color y la riqueza del petróleo. - Mikel Insausti
JD McPherson: www.jdmcpherson.com
Organiza www.iwanna.org
21:00h. ENTRADA: 12 euros.
No hay página especializada en la que Signs & Signifiers no figure como el disco del año. JD McPherson ha dado con la formula mágica del Rock'n'Roll, consiguiendo aquello a lo que aspiran revivalistas como Nick Curran, James Hunter o Darrel Higham. Su viaje en el tiempo no es ciencia-ficción, es real. El secreto está en Chicago, en el estudio de Hi-Style Records. Allí, entre joyas perfectamente conservadas de la era analógica, hay una grabadora Reblant que ha hecho posible el prodigio. Y quien la maneja con manos expertas no es otro que Jimmy Sutton, oficiando como productor y contrabajista, junto al batería Alex Hall, que se ha encargado además de las mezclas. El auténtico sonido de los años 50 que ha obtenido no se parece a lo que estos dos músicos han hecho anteriormente en sus respectivos grupos Four Charms y The Modern Sounds, por lo que nadie puede dudar de que JD McPherson es quien dota de personalidad propia a esta atemporal obra maestra, confirmando así las mejores expectativas apuntadas en su etapa al frente de los Starkweather Boys.
Conceptualmente, el título del disco se refiere al verdadero significado del Rock'n'roll, porque medio siglo después de su nacimiento ya va siendo hora de estudiar el fenómeno como se merece. El chico de Oklahoma no es ningún paleto, y se ve que ha estudiado semiología y a Roland Barthes. Musicalmente, el tema "Signs & Signifiers", que da título al CD, es puro Bo Diddley. La influencia negrísima del Blues de Chicago flota en el ambiente, sobre todo en el homenaje a Howlin' Wolf "Wolf Teeth", o también en "I Can't Complain", que nos devuelve a Elmore James. Y de ahí a Little Richard, en quien se transforma JD cuando canta "Fire Bug" o "Scandalous", de la misma manera que Jackie Wilson se apodera de su alma en el tremendo corte inicial "North Side Gal". En "Scratching Cricles" es el mismísimo Bunker Hill quien le posee, y en "A Gentle Awakening" nada menos que Screamin' Jay Hawkins y los fantasmas de la inundada Nueva Orleans. El decálogo de composiciones de JD McPherson se completa con sendos pildorazos a lo Chuck Berry: "Dimes for Nickels" y "B.G.M.O.S.R.N.R." A la pletórica docena se llega con dos únicas versiones, que son el "Country Boy" de Tini Kennedy y el "Your Love..." de los Bellfuries de Joey Simeone, el único blanco entre tanta influencia negra. Está claro que la voz de JD McPherson tiene el color y la riqueza del petróleo. - Mikel Insausti
JD McPherson: www.jdmcpherson.com
Organiza www.iwanna.org
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