The Tallest Man On Earth en BARTS

El sueco The Tallest Man On Earth, el rey Midas del folk escandinavo de los últimos años, actuará pasado mañana miércoles, 20 de febrero, en Barcelona (Barts) y el próximo lunes, 25 de febrero, en Madrid (Teatro Nuevo Apolo). Ambas actuaciones, que están a punto de agotar las entradas, las realizará en solitario y le servirán para, además recorrer sus cuatro anteriores discos -el último de ellos, “Dark Bird Is Home” (2015)-, interpretar los cinco nuevos temas que ha publicado a lo largo de 2018, dentro de una serie bautizada como “When The Bird Sees The Solid Ground” que ha constado de cinco entregas: “An Ocean” apareció en marzo; “Somewhere In The Mountains, Somewhere In New York”, en abril; “Forever Is A Very Long Time”, en junio; “Down In My Heart”, en agosto; y finalmente “Then I Won´t Sing No More” lo hizo en septiembre. El lanzamiento de cada uno de estos cinco temas ha ido acompañado de un videoclip relacionado con la canción, que ha realizado el propio The Tallest Man On Earth (de nombre real Kristian Matsson).

Al repasar la carrera de The Tallest Man On Earth puede afirmarse que su tercer álbum, “There´s No Leaving Now” (2012), fue el que le situó en el podio del folk escandinavo actual, si bien ya había sorprendido gratamente con un debut, “Shallow Grave” (2008), que jugaba sin ironía con los ecos dylanianos y que en tiempos de weird folk no apostaba por rarezas ni oblicuidades, sino que iba directo al grano de la melodía. La armónica y la guitarra de palo se conectaban a estándares atemporales y de ahí pasaban a la sensibilidad del siglo XXI. Los logros de “Shallow Grace” se vieron después aumentados con los de “The Wild Hunt” (2010), que entró en listas y amplió audiencias. Como decíamos en el primer párrafo, su último LP hasta la fecha es “Dark Bird Is Home”, gestado alrededor de su divorcio. Una especie de “Blood On The Tracks” que puede considerarse su disco más personal. Y hablando de ser personal, cabe recordar que sobre el escenario The Tallest Man On Earth interpreta sus canciones de una forma alérgica al maquillaje, centrado en insuflarles vida y emoción, exprimiéndolas hasta la última gota.