A Place To Bury Strangers + Numb.er (Noise) en Sidecar

En las catacumbas es donde se esconden los secretos más deseados. Y A Place To Bury Strangers llevan más de una década custodiando la cueva del noise rock neoyorkino, con la psicodelia a un lado y el shoegaze en el otro. Durante la guardia ha llovido mucho: cinco discos, un puñado de EPs, guitarras destrozadas y cambios de formación que han culminado en el power trío actual, formado por Oliver Ackermann, Dion Lunadon y la reciente incorporación de Lia Simone Braswell a la batería.

“Que sientas miedo en el concierto, que puedas palpar el peligro en la música”. Eso dicen los miembros de A Place To Bury Strangers de sus directos. Y ahora también pueden decirlo de su último disco, Pinned, publicado este mismo año por Dead Oceans, en el que la participación por primera vez de Simone ha conseguido trasladar su incendiaria puesta en escena al formato disco. Que se preparen las paredes de la sala Sidecar de Barcelona el 2 de septiembre y las de la sala Moby Dick de Madrid el 30 de agosto, porque retumbarán. Y no habrá ningún lugar donde esconderse.

Numb.er es el vástago sónico del fotógrafo y artista visual Jeff Fribourg, quien imbuye su música de un cierto sentido arquitectónico, depositando capa sobre capa de riffs de guitarra angulares, sintes analógicos, baterías taquicárdicas y bajos excitantes. Fribourg desarrolló su historia de amor con los sintetizadores (y su apertura de mente a la hora de crear música como miembro fundador de Froth, mítica banda del psych-kraut angelino. Pero fue con la creación de Numb.er cuando pudo empezar a explorar por completo sus eclécticas inclinaciones musicales. Combinando elementos de punk, shoegaze y post-punk, el proyecto nunca se limita a una única visión del mundo; lo que le permite llevar su sónido a cualquier extremo sin sonar irónico o forzado. Con el lanzamiento de Goodbye, su primer LP, Numb.er ofrece un documento sonoro que desafía la categorización en un único género y que maximiza las posibilidades del estudio a la vez que mantiene el poderoso y cautivador sonido de sus directos; una aproximación al caos cuidadosamente orquestada y repleta de ganchos memorables y pasajes melódicos.